¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C también se llama « ácido ascórbico ». Se trata de una vitamina hidrosoluble, es decir, soluble en agua y posteriormente eliminada por vía renal.
Así, no se almacena en el organismo. Por eso es importante tener aportes diarios suficientes.
Esta vitamina es sobre todo conocida por su acción estimulante sobre el organismo. Está indicada para reducir la fatiga, recuperar energía y vitalidad.
Sus beneficios se extienden hasta el sistema inmunológico, al que contribuye a dinamizar y reforzar. Al potenciar las defensas naturales, podría ayudar a combatir las infecciones.
La vitamina C es menos conocida por su papel en la piel. ¡Sin embargo, sus efectos beneficiosos son numerosos!
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Gran protectora, permite combatir los radicales libres y previene sus daños, como el envejecimiento cutáneo prematuro.
También es esencial para la síntesis del colágeno y para el proceso de cicatrización. Además, mejora la belleza de la piel al aportar luminosidad al cutis y reducir las manchas marrones.
Para aprovechar sus beneficios, privilegia los alimentos ricos en vitamina C como el camu camu, la grosella negra, los cítricos o las bayas de escaramujo.
También es posible tomar complementos alimenticios.
La vitamina C también puede utilizarse por vía tópica, directamente en la piel. Se aplica en forma de crema o suero.
De esta forma, no se distribuye por todo el organismo sino que está destinada únicamente a la piel y al tejido cutáneo. Su acción es, por tanto, más localizada.

Sus beneficios para la piel
Retarda el envejecimiento cutáneo
La vitamina C ejerce una acción antioxidante, es decir, que lucha contra los radicales libres, impide su instalación y previene sus daños.
Incluso es capaz de atraparlos para eliminarlos mejor. Para ello, actúa en sinergia con la vitamina E y la provitamina A (beta-caroteno).
Los radicales libres aceleran el envejecimiento cutáneo y favorecen la aparición de los signos de la edad : arrugas, manchas marrones, pérdida de luminosidad y de elasticidad…
También son responsables del estrés oxidativo que afecta la estructura cutánea.
La vitamina C ralentiza este fenómeno y preserva la juventud de la piel. Por eso se suele añadir en los cuidados anti-edad.
Además, protege de los daños causados por los rayos UV que aceleran el envejecimiento de las células cutáneas y de los tejidos.
Como muestra este estudio, desempeña un papel importante en la piel.
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Favorece la producción de colágeno
La vitamina C está estrechamente vinculada a la biosíntesis del colágeno. Esta proteína, presente en la dermis, asegura el mantenimiento y la cohesión de los tejidos.
Proporciona flexibilidad y elasticidad a la piel. Además, es esencial para la hidratación, la regeneración de los tejidos y la cicatrización.
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Sin embargo, la producción de colágeno no es posible sin vitamina C. De hecho, es ella la que induce la reacción de hidroxilación que modifica ciertos aminoácidos, como la prolina y la lisina.
Este proceso es necesario para la formación de fibras de colágeno.
Este estudio muestra la acción de la vitamina C sobre la producción de colágeno.

Aporta luminosidad al cutis
La vitamina C potencia el brillo de la piel y contribuye a un tono más fresco y luminoso. Es ideal en caso de tez opaca, cansada o grisácea. Ayuda a recuperar un buen aspecto.
Además, unifica el tono y corrige la hiperpigmentación reduciendo la apariencia de las manchas marrones, en las manos y el rostro. Para ello, reduce la oxidación de la melanina, responsable del oscurecimiento.
En este estudio, la vitamina C se utilizó para reducir la hiperpigmentación de la piel.
Favorece la cicatrización
Al asegurar la producción de colágeno, acelera el proceso de cicatrización. De hecho, el colágeno es esencial para la renovación y la regeneración de los tejidos en caso de heridas (lesiones, quemaduras…).
También es interesante para reducir las cicatrices del acné u otras enfermedades de la piel : psoriasis, eccema…
Este estudio muestra la importancia de la vitamina C en el proceso de cicatrización y la producción de colágeno.
¿Cómo usar la vitamina C para la piel?
Como complemento alimenticio
Como complemento alimenticio, se presenta en forma de cápsulas, comprimidos, gotas, polvo o gominolas. Puede ser pura o asociada a otros activos: ácido hialurónico, colágeno marino, vitaminas A y E…
A menudo se encuentra en complejos para la belleza de la piel.
Para una mayor eficacia, elija la vitamina C liposomal. Está protegida de la oxidación y presenta una mejor asimilación por el organismo. Así, su piel notará aún más sus beneficios.
En uso externo
Es posible aprovechar sus efectos beneficiosos aplicando tratamientos a base de vitamina C. Las cremas de día, los sueros, las lociones… suelen contenerla.
Son útiles para aportar un toque de luminosidad a las pieles apagadas y cansadas y para proteger la piel de los radicales libres.
Tenga cuidado, sin embargo, si tiene la piel sensible: los tratamientos concentrados en vitamina C (>15%) pueden provocar irritaciones, una sensación de incomodidad o tirantez. Realice una prueba cutánea en el pliegue del codo para detectar cualquier signo de reacción cutánea.

