Antes de ser el complemento alimenticio que nos interesa aquí, el colágeno es una proteína presente en nuestros huesos, músculos, tendones, articulaciones, piel, vasos sanguíneos… La mayoría de nuestros tejidos la contiene, como se resume en este estudio.
Proporciona resistencia y estructura a esos mismos tejidos, un poco como los cimientos de una casa bien construida. Refuerza los huesos, facilita el deslizamiento de las articulaciones unas sobre otras, deja la piel lisa, etc.
Como su producción por el organismo disminuye con la edad, hemos visto en los últimos años el auge de numerosas marcas de complementos alimenticios de colágeno, sobre todo en polvo. Y este polvo sigue siendo de origen animal: o de pescado o de vaca.
Entonces, ¿colágeno marino o bovino? Aquí le explico sus diferencias para que pueda elegir entre los dos.
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1. El origen y la cuestión ética
El colágeno marino se obtiene de las escamas y las pieles de los peces. Por tanto, son subproductos de la industria pesquera, ya sea salvaje o de cultivo.
El colágeno bovino, por su parte, se obtiene en las pieles, los tendones y los huesos de las vacas.
Sea cual sea su origen, surge una cuestión ética: ¿es sostenible la pesca? ¿Son buenas las condiciones de vida en la cría? ¿Se crían los bovinos en condiciones industriales o al aire libre?
Estas cuestiones medioambientales pueden influir en la elección del complemento. Para tranquilizar su conciencia, le aconsejo optar por un colágeno patentado, como el colágeno Peptan® o Naticol®, que ofrece garantías sobre las condiciones de los animales.
Además, un colágeno patentado suele garantizar una menor presencia de contaminantes.
2. La composición molecular
En términos generales, se dice que los colágenos marinos y bovinos contienen ambos colágeno de tipo I y III. El primero se encuentra sobre todo en la piel, mientras que el segundo es el colágeno preferente de los músculos y los vasos sanguíneos.
Su composición es por tanto similar, aunque el colágeno marino contiene una proporción mayor de colágeno de tipo I.
En términos moleculares, existen algunas diferencias en los aminoácidos de un colágeno a otro.
Según mis investigaciones, el colágeno bovino sería más rico en hidroxiprolina, aunque la composición exacta del colágeno varía según su localización en el cuerpo.
3. La biodisponibilidad
Aparte de las convicciones y alergias, si hay un criterio a tener en cuenta: es la biodisponibilidad.
Es la capacidad del organismo para absorber y utilizar eficazmente el colágeno ingerido. En otras palabras, se trata de la cantidad de colágeno que realmente está disponible para el cuerpo tras la digestión.
Varía en función de la composición molecular, del peso molecular (el tamaño) del producto y del modo de administración.
La mayoría de los estudios científicos muestra una mayor biodisponibilidad del colágeno marino.
4. El sabor
Los colágenos marinos y bovinos no saben a pescado ni a filete de vaca. Pero no hay que subestimar el factor psicológico: se puede percibir una diferencia de sabor.
Ya sea en cápsula o en polvo, el complemento alimenticio normalmente pierde la totalidad de su olor característico.
5. El precio
Al mirar los precios practicados por las diferentes marcas, debo señalar: el colágeno marino es globalmente más caro.
¿Las razones? Unos procesos de extracción del colágeno marino considerados más complejos, y una biodisponibilidad considerada mejor.
6. Los beneficios
La diferencia de composición entre estos dos colágenos puede influir en su uso, aunque los beneficios son relativamente similares.
Los estudios han mostrado, en particular, efectos positivos del colágeno marino para mejorar el aspecto de la piel, rica en colágeno de tipo I. Esto es menos el caso para el colágeno bovino.
