Un viaje en barco, una comida demasiado copiosa o con exceso de alcohol, una gastroenteritis son tantas situaciones durante las cuales uno puede sentirse indispuesto o incluso regurgitar el contenido de su estómago.
Los antieméticos o antivómitos son sustancias que permiten aliviar los espasmos y disminuir las náuseas. Aquí tienes 5 antivómitos naturales. Sigue después de la lista para entender el mecanismo complejo que está en el origen de estos síntomas.
Nota: Aunque se trate de sustancias naturales, conviene consultar con su médico el riesgo de interacciones medicamentosas. Preste atención a las posibles contraindicaciones con los aceites esenciales, en particular. En caso de vómitos prolongados o sospechosos, consulte con su médico.
1. Jengibre

El jengibre es una especia de origen indio perteneciente a la misma familia que la cúrcuma. Es un rizoma reconocido por su acción antiemética. Contiene gingeroles y shogaoles que ayudan a combatir las náuseas y los vómitos de cualquier causa.
Su acción preventiva sobre las náuseas y los vómitos de las mujeres embarazadas es reconocida por la OMS desde 1999.
Cómo consumirlo : se puede preparar una infusión a base de polvo o de jengibre fresco. Se tomarán pequeñas cantidades varias veces al día o desde las primeras arcadas. También se puede mordisquear un trozo de rizoma crudo o confitado en caso de mareos por movimiento.
2. Menta piperita

Un excelente antiemético natural. ¡El aroma de esta hierba aromática es tónico y vigorizante! Este estudio sugiere el efecto beneficioso de la inhalación del aceite esencial para disminuir las náuseas tras una intervención quirúrgica cardíaca. Otro estudio destaca su efecto en la reducción de las náuseas y los vómitos provocados por una quimioterapia.
Cómo consumirla : la menta piperita puede consumirse en infusión o en decocción, tomándola entre las comidas o al final. También se puede utilizar en forma de aceite esencial; para ello habrá que diluirlo en un aceite vegetal, por ejemplo. ¡En caso de un episodio de mareos por movimiento, también se puede inhalarlo!
3. Manzanilla alemana

¡Esta planta es muy conocida entre los aficionados a las infusiones! Permite mejorar la digestión y conciliar el sueño más fácilmente. Es una planta que alivia los dolores de estómago y, en particular, las náuseas y los vómitos como sugiere este estudio.
Cómo consumirla : en infusión, tiene un sabor ligero y floral. Se prefiere la manzanilla ecológica. Aviso para los puristas: se puede encontrar en polvo o en forma de bonitas flores enteras. Está indicada, en particular, en caso de gastroenteritis para suavizar los trastornos intestinales y disminuir las náuseas.
4. Desmodium

El desmodium es una planta originaria del África tropical. La especie Desmodium adscendens es la que más se concentra en principios activos. Es una planta protectora del hígado y que podría reducir las náuseas debidas a los efectos secundarios de una quimioterapia. Estos efectos han sido analizados en este estudio. Es un antiemético natural particularmente eficaz.
Cómo consumirlo : consulte a su farmacéutico y a su médico antes de tomarlo en el marco de una quimioterapia. Se puede consumir en infusión o en decocción. También existe en forma de cápsulas o de solución concentrada bebible.
5. Eneldo

A veces apodado con el poco elegante sobrenombre de “hinojo apestoso”, el eneldo es una planta aliada de la salud digestiva y un antiemético natural. Su sabor anisado realza el sabor de platos a base de pescado, sobre todo. Presenta propiedades antiespasmódicas, es decir que reduce los espasmos musculares y, en particular, los que acompañan a los vómitos.
Cómo consumirla : en infusión varias veces al día, se pondrán algunas semillas molidas o hojas en una taza de agua caliente. También se pueden añadir algunas hojas a un plato. Se recomienda utilizarlas frescas para aprovechar al máximo sus virtudes. También se encuentra en forma de aceite esencial para aliviar las náuseas.
¿Cuál es el mecanismo que origina los vómitos y cómo atenuarlos?
Según los casos, las causas relacionadas con las náuseas y los vómitos pueden ser inocuas, se piensa en el mareo, en una migraña, en una comida demasiado copiosa. Estos síntomas son mucho más preocupantes cuando afectan, por ejemplo, a una intoxicación alimentaria o a una oclusión intestinal. En todos los casos se trata de un reflejo controlado por el cerebro.
Vómitos: una reacción mecánica desencadenada por el cerebro
En general, las náuseas y los vómitos suelen ser un reflejo de protección del organismo para luchar contra la absorción de sustancias que pueden resultar nocivas. El centro del vómito está situado en el cerebro.
Puede recibir estimulaciones procedentes del tubo digestivo, del oído interno, de ciertas zonas cerebrales. Una vez alertado, el cerebro va a desencadenar una reacción mecánica de nuestro cuerpo.
Por ejemplo, cuando se ha sobrecargado el hígado tras una comida demasiado copiosa o tras haber bebido en exceso, un mensaje se enviará al cerebro y desencadenará los vómitos. En el mareo por transporte, se observa una disparidad de percepción entre los ojos que ven desfilar el paisaje, el oído interno que considera que el cuerpo está en movimiento y la inmovilidad del tejido muscular.

¡El cerebro se alertará rápidamente! Una simple emoción, un recuerdo también pueden provocar arcadas: recordar un plato que nos dio asco en la infancia, por ejemplo.
Tras esa sensación de tener el estómago revuelto que caracteriza las náuseas, se prepara una reacción física desagradable. La faja abdominal se contrae y el cuerpo expulsará en un movimiento de presión el contenido del estómago hacia el esófago y luego hacia la boca.
¿Cómo actúan los antieméticos o antivómitos?
En latín emeticus significa “emético”, susceptible de provocar vómitos. Un antiemético es una sustancia que va a bloquear los vómitos.
Los antieméticos se refieren comúnmente a medicamentos que bloquean la acción de estimulación a nivel del cerebro. También ayudan a relajar el estómago. Se usan ampliamente en casos de mareo por movimiento, durante el embarazo, para atenuar los efectos de la quimioterapia anticancerígena, etc.

