Los beneficios del aceite de cáñamo
El aceite de cáñamo, ¿qué es?
Originario de Asia central, el cáñamo (Cannabis sativa) pertenece a la familia de las Cannabáceas. Desde hace siglos, esta planta ha tenido numerosos usos: fabricación de textiles, papel o plástico biodegradable, biocombustibles…
Tras la floración, el cáñamo produce semillas llamadas chènevis. Se recolectan y luego se prensan para extraer un aceite.
Este aceite tiene un bonito color amarillo verdoso y un olor característico, fresco y herbáceo.
Multiusos, se utiliza tanto en la cocina, para el aliño, como en cosmética, para el cuidado de la piel y del cabello. También se puede encontrar aceite de cáñamo como complemento alimenticio en forma de cápsulas.
Las virtudes de las semillas de cáñamo
Las semillas de cáñamo poseen una riqueza nutritiva excepcional. Así, contienen proteínas vegetales (aproximadamente 26 g por 100 g), fibras, vitaminas, minerales y oligoelementos. Muy nutritivas, son ideales en el marco de una dieta flexitariana, vegetariana o vegana para prevenir carencias.

Las semillas de cáñamo también se distinguen por su alto contenido en ácidos grasos esenciales (omega-3-6-9): aproximadamente 15 g por 100 g. Estos contribuyen a la buena salud cardiovascular, regulan la presión arterial y reducen los niveles de colesterol y triglicéridos.
Con el aceite de lino y de camelina, el aceite de cáñamo es uno de los aceites más ricos en omega-3 (ácido linolénico).
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Además, este aceite presenta beneficios para la piel. Como muestra este estudio, permite aliviar numerosos problemas cutáneos (dermatitis, psoriasis, eccema, acné…). Una acción que se debe a su riqueza en ácidos grasos esenciales, en vitaminas (provitamina A, C, E) y en zinc.
¿Cómo elegir su aceite de cáñamo?
Aceite de cáñamo y aceite de CBD: ¿cuál es la diferencia?
Tenga cuidado de no confundir el aceite de cáñamo con el aceite de cannabidiol (o aceite de CBD). Asegúrese de verificar la denominación del producto antes de tomar su decisión.
La primera se extrae únicamente de las semillas. Está totalmente desprovista de sustancias psicoactivas (CBD y THC) y se utiliza como aceite alimentario o cosmético.
La segunda, en cambio, se produce a partir de las semillas pero también de las hojas, los tallos y las flores de la planta. Contiene compuestos cannabinoides y Francia la autoriza desde hace poco. Además, su composición y sus propiedades no son las mismas que las del aceite de cáñamo. Se utiliza sobre todo por sus virtudes calmantes y analgésicas.
Los criterios de calidad
Como con cualquier aceite vegetal, prefiera siempre un aceite extraído mediante primera presión en frío. Este proceso permite preservar los principios activos, las cualidades nutricionales y todas las virtudes de las semillas.
Opte también por un aceite de cáñamo virgen, 100 % puro y natural. Por último, la certificación ecológica le garantiza condiciones óptimas de cultivo y un aceite sin residuos de pesticidas.

¿Cómo utilizar el aceite de cáñamo?
En la cocina
En cocina, el aceite de cáñamo es apreciado por su ligero sabor a avellana y a almendra. Es un excelente aceite para aliñar que se puede añadir a numerosos platos : ensaladas, pasta, arroz, carnes, verduras, postres…
En cambio, el aceite de cáñamo no es apto para cocinar ni para freír. Sus ácidos grasos son frágiles y se destruirían rápidamente con el calor.
Una vez abierta, conserve su botella de aceite en el frigorífico y protegida de la luz. Consúmala dentro de los 2 meses para evitar cualquier riesgo de oxidación.
Como complemento alimenticio
Algunas marcas ofrecen cápsulas que contienen aceite de cáñamo. En ese caso, se consume como complemento alimenticio en el marco de un tratamiento. Esta forma es interesante para aportar ácidos grasos esenciales. También permite aprovechar todos sus beneficios sin percibir su sabor (que no agrada necesariamente a todo el mundo).
Para el cuidado de la piel
El aceite de semillas de cáñamo trata idealmente las pieles maduras, fatigadas, secas y deshidratadas. Posee una acción antiedad que combate los radicales libres y reduce las arrugas y las líneas de expresión. También previene la sequedad, aporta elasticidad, firmeza y suavidad a la piel. Además, su acción calmante reduce el enrojecimiento, las irritaciones y los problemas de la piel.
Posee un tacto bastante seco que penetra rápidamente en la piel, sin dejar película grasa. Se puede aplicar sola, en combinación con otros aceites vegetales (rosa mosqueta, hueso de albaricoque, nigella…) y/o con aceites esenciales (geranio, nerolí, árbol de té…). También es un excelente aceite de masaje para el cuerpo.

Para el cuidado del cabello
Gracias a su riqueza en lípidos, el aceite de cáñamo nutre en profundidad. También aporta elasticidad, volumen y brillo al cabello. Si tienes el cabello seco, quebradizo y apagado, ¡adelante! Además, alisa la fibra capilar para facilitar el peinado del cabello rizado y enmarañado.
Puedes aplicarlo en forma de baño de aceite, solo o combinado con otros aceites vegetales (ricino, jojoba, argán…). Añade unas gotas en tu champú o acondicionador o úsalo para preparar bálsamos desenredantes, mascarillas y sérums capilares caseros.
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