La infusión de jengibre, excelente remedio natural
El rizoma de jengibre: superalimento
El jengibre es un superalimento por excelencia, ya que nutre tanto como cura desde hace milenios. Su uso se remonta a más de 5.000 años, tanto en la medicina tradicional china como en la medicina tradicional india, el Ayurveda.
El jengibre se utiliza para mantenerse en buena salud y alejar la fatiga, ya que es uno de los alimentos más ricos en antioxidantes, un excelente antiinflamatorio y una buena fuente de vitaminas y oligoelementos.

Esta raíz es también un «medicamento natural» para combatir la fiebre, los resfriados y los enfriamientos, así como las náuseas y los vómitos. Es un buen aliado contra los problemas de digestión, y un quemagrasas natural para ayudar a perder peso.
¿Cómo consumir el jengibre?
El jengibre se puede consumir fresco o seco, en forma de raíz o de polvo. Se puede integrar fácilmente en la cocina como especia para dar un toque asiático a los platos. Pero algunas personas preferirán consumirlo en forma de complemento alimenticio (cápsulas o ampollas).
Si te gustan las notas picantes y cálidas del jengibre, ¡sería una pena privarte de él! Una de las mejores formas de consumir el jengibre es en forma de infusión.
El jengibre no se cultiva (o muy raramente) en nuestras latitudes. El que se encuentra en nuestros puestos suele venir de China o de India, los mayores productores mundiales de jengibre. Es preferible comprar jengibre ecológico para evitar los residuos de pesticidas perjudiciales para nuestra salud.
El jengibre, un remedio conocido desde hace siglos
Los médicos tradicionales chinos prescribían el jengibre en forma de tisana o para masticar para curar la fiebre, el resfriado, detener la tos y tratar las intoxicaciones alimentarias. En Occidente, también se conoce el jengibre por sus propiedades medicinales desde hace siglos. En el siglo XII, la célebre naturópata Hildegarde de Bingen ya indicaba: «si se está seco y ya muy debilitado, reducir el jengibre a polvo y tomarlo en una bebida. Así se mejorará su estado».
En la medicina ayurvédica también, el jengibre es una de las especias básicas para la preparación de infusiones. Es uno de los ingredientes principales de la famosa mezcla de especias masala en la India.

Si el zumo de jengibre es ideal para las altas temperaturas porque refresca tanto como aporta energía, la infusión de jengibre es perfecta para el frío. Calienta la temperatura interna del cuerpo.
¿Cómo preparar el jengibre en infusión?
¿Jengibre fresco o seco para una infusión?
Se puede preparar una infusión de jengibre con la raíz fresca (o rizoma) o con jengibre en polvo. Aquí se explica cómo proceder.
Si se utiliza la raíz de jengibre fresca, para un litro de tisana se emplean unos 5 cm de raíz, que se ralla o se pica finamente. Para sacar el máximo de virtudes de la planta, lo ideal es realizar una decocción de jengibre en lugar de una infusión, que conviene más a las plantas rizomáticas.
Así que se calienta un litro de agua en una cacerola, se añade el jengibre rallado y se sigue cocinando a fuego lento durante 20 minutos. Se retira del fuego y se deja infusionar (y enfriar) 15 minutos.

También se puede utilizar jengibre en polvo para preparar una tisana, con 2 cucharaditas de polvo por litro de agua. En ambos casos, se filtra antes de consumir caliente, templado o frío. La tisana de jengibre en polvo será menos picante que la de jengibre fresco. En resumen, todo depende de los gustos y las preferencias, pero también del estado de salud.
¿Cuándo y cómo consumir la infusión de jengibre?
La infusión de jengibre puede consumirse en cualquier momento del día. Sin embargo, no se deben consumir más de 4 tazas al día para evitar los efectos secundarios indeseables. De hecho, consumir jengibre en cantidades excesivas puede provocar trastornos digestivos (ardores de estómago, diarrea leve).
También se evita beber infusión de jengibre por la noche debido a su efecto antifatiga, que puede provocar insomnios leves.
En caso de bajón de energía y de una disminución del rendimiento general, la infusión de jengibre es ideal. El efecto «calentador» del jengibre y su acción antifatiga, así como su eficacia sobre la circulación sanguínea, han dado al jengibre la reputación de afrodisíaco. Si ningún estudio científico ha venido a confirmar esta eficacia, ¡siempre puede valer la pena probarlo en caso de una disminución de la libido!
También se recomienda el jengibre en infusión en caso de náuseas y vómitos, ya sean debidos a mareos por transporte, al embarazo o a un estado postoperatorio. En esos casos, se preferirá consumir la infusión de jengibre en pequeñas cantidades para evitar las regurgitaciones, varias veces al día o desde los primeros signos de náusea.
En caso de problemas digestivos y para las personas que desean adelgazar, el jengibre es un buen aliado. En ese caso, se bebe una taza grande de infusión antes de cada comida. La infusión no solo ayudará a digerir mejor, sino también a regular el apetito y eliminar las grasas. De hecho, la riqueza en manganeso del jengibre lo convierte en un buen quemagrasas porque ayuda al organismo a sintetizar lípidos y carbohidratos.
Además, la infusión de jengibre es eficaz contra todos los males del invierno: pequeñas anginas y gripe, fiebre, resfriado, dolores de garganta… Consuma la infusión desde los primeros síntomas (nariz que moquea, tos…) y durante un máximo de dos semanas.
Cómo mejorar su infusión de jengibre
Para maximizar el efecto del jengibre o por gusto, se puede añadir miel y limón tras infusionar la raíz. No solo ayudan a suavizar el picante del jengibre, sino que también poseen reconocidas propiedades antisépticas y antibacterianas.
También se pueden comprar en el comercio o preparar uno mismo infusiones energéticas a base de jengibre, añadiendo por ejemplo cúrcuma o canela. Puede inspirarse en las recetas ayurvédicas para preparar sus infusiones de jengibre en casa con especias frescas: pruebe por ejemplo la mezcla de especias del famoso masala chai indio, con jengibre, cardamomo, anís estrellado, pimienta, canela y clavos de olor. ¡Está delicioso!

