Antes de ser una molécula que se encuentra en el comercio, el colágeno no es sino una proteína presente en todos nosotros: es un componente de nuestro organismo.
En la piel, las articulaciones, los huesos, los músculos o los vasos sanguíneos, esta macromolécula – se la llama así porque es una proteína grande – aporta soporte y resistencia a los tejidos. El colágeno participa en los cimientos de nuestra casa interior.
En crema, otros cuidados faciales y en complementos alimenticios, el colágeno ayuda a mantener una piel tersa y radiante, alisa las líneas finas y mantiene las articulaciones en buen estado.
Aunque proviene esencialmente de bovinos y peces, es posible que ya haya encontrado en el mercado un colágeno denominado « vegetal ». ¿Qué hay de cierto?
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El «colágeno vegetal»: un término de marketing
Las plantas no producen colágeno
La idea es atractiva, pero el colágeno vegetal no existe realmente. Es una proteína estructural que se encuentra exclusivamente en el ser humano y en todo el reino animal.
Los vegetales, a diferencia de nosotros, no necesitan colágeno para sostener sus diferentes estructuras. Inútil para las plantas producirlo.
Cuando lee la denominación «colágeno vegetal» en un producto de belleza o de nutricosmética, se trata bien de un complejo de aminoácidos que intenta reproducir la composición del colágeno animal, bien de plantas y nutrientes que apoyan la producción natural de la proteína.
El colágeno vegetal está ahí para responder a la demanda de productos veganos o con un menor impacto ambiental. Es, por tanto, ante todo un término sacado del marketing, al igual que el «colágeno vegano».
La composición del colágeno vegetal en cosmética
Probablemente no le haya pasado desapercibido: el término «colágeno vegetal» está muy difundido en el ámbito de la belleza natural. Muchas marcas lo comercializan como un activo para mejorar el aspecto de la piel y del cabello.
Al mirar más de cerca la composición de los productos en cuestión, he comprobado que las marcas utilizan sobre todo levaduras, extractos de soja, de trigo y de otras plantas.
De estos se extraen glicoproteínas similares a la composición del colágeno animal, como leí en este estudio.
Estos sustitutos del colágeno en cosmética sirven para suavizar la piel y alisar las pieles maduras y arrugadas y favorecer la regeneración celular.

4 vegetales para estimular de forma natural la producción de colágeno
No es porque las plantas no tengan la capacidad de producir colágeno directamente que no puedan participar en su síntesis dentro de nuestro organismo.
Algunas plantas poseen moléculas y nutrientes que facilitan su producción, una alternativa interesante para las personas que no desean utilizar productos de origen animal.
1. Rosa mosqueta, rica en nutrientes
Es la planta que produce los aceites vegetal y esencial más reputados para las pieles maduras.
La rosa mosqueta contiene vitamina C que estimula la síntesis de colágeno, y posee propiedades antioxidantes que ayudan a combatir su degradación. Le recomiendo leer este estudio sobre el tema.
Además, contiene ácidos linoleico y linolénico, que contribuyen a mantener la película hidro-lipídica de la piel; sería una pena privarse de ellos.
2. El ginseng
Algunos estudios han mostrado los efectos del ginseng en la piel como agente antiedad, gracias a su compuesto principal: el ginsenósido.
Podría, en particular, actuar regulando los niveles de metaloproteinasas de la matriz en el colágeno humano de tipo fibroblasto I para mejorar la elasticidad y el contenido de agua de la piel.
En resumen, ayudaría a mejorar la eficacia del colágeno.
3. La Centella asiática
También llamada Gotu Kola, es menos conocida que otras plantas en cosmética. Sin embargo, posee propiedades muy interesantes según mis lecturas.
Algunos estudios han mostrado que esta planta podría favorecer la proliferación de los fibroblastos – las células que producen el colágeno – y por tanto sintetizar más colágeno.
Si se necesitan más estudios, creo que es una planta muy prometedora en cosmética.
4. El bambú
No existen estudios científicos específicos que demuestren que el uso del bambú en cosmética o en suplementos aumenta la producción de colágeno.
Sin embargo, esta planta contiene sílice, un oligoelemento que participa en la síntesis del colágeno.
Además, posee propiedades antioxidantes y calmantes que podrían proporcionar un terreno propicio para el mantenimiento y la síntesis de la proteína.


