Situada debajo de la vejiga, la próstata forma parte del aparato urogenital del hombre. Su papel es esencial ya que almacena el líquido seminal.
Después de los 50 años, tres problemas relacionados con la próstata aparecen con frecuencia. Hiperplasia prostática benigna, inflamación y cáncer de próstata.
Este estudio ha puesto de manifiesto la importancia de una alimentación saludable para prevenir las complicaciones del envejecimiento de la próstata.
Diferentes alimentos están recomendados por sus efectos protectores, su composición y sus antioxidantes. El tomate, los frutos secos, la zanahoria, la cúrcuma, el té verde, por ejemplo.
Por el contrario, también puede proteger su próstata de la inflamación limitando ciertos alimentos. Y así prevenir mejor su envejecimiento y las complicaciones urogenitales que puedan aparecer.
1. Los cereales refinados y los platos industriales listos para consumir

La alimentación occidental y sus alimentos procesados son objeto de numerosas contraindicaciones para la próstata.
Según este meta-análisis realizado en Italia, los alimentos refinados acelerarían el envejecimiento de la próstata. Y aumentarían, en particular, el riesgo de cáncer en un 64% de media.
Lo que se sospecha que es responsable de estos efectos perjudiciales sobre la salud prostática: el índice glucémico elevado, que provoca picos de insulina y un estado inflamatorio.
Para cuidar la próstata, es preferible optar por una alimentación rica en fibra. Le recomiendo cereales integrales o semi-integrales, legumbres, verduras y frutas.
2. La leche y los lácteos

En los últimos años, varios estudios han establecido un vínculo entre el consumo de leche y un mayor riesgo de cáncer de próstata.
Las principales razones mencionadas y supuestas son: el consumo elevado de calcio, la presencia de hormonas en la leche como los estrógenos… Así como la del factor de crecimiento denominado IGF, similar a la insulina.
De hecho, el calcio parece promover las células cancerosas y su crecimiento al inhibir el efecto antiproliferativo de la vitamina D.
En cuanto a las hormonas y al factor de crecimiento de la leche, se cree que están implicadas en muchos cánceres. Las consecuencias en la próstata del consumo de productos lácteos siguen siendo variables y todavía merecen numerosas investigaciones para comprender mejor estos mecanismos.
Para evitar un mal funcionamiento de la próstata, prefiera consumir lácteos con moderación. Recomiendo la leche, el yogur y el queso como máximo 1 o 2 veces al día, incluso en los niños.
3. Las carnes y los embutidos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica desde 2015 las carnes procesadas, como el jamón, las salchichas y los embutidos, como carcinógenas del grupo 1.
Como en la leche, el factor de crecimiento (IGF-1) estaría presente en las carnes de forma más general (pollo, carne roja y otras).
Un meta-análisis que analizó 172 países en total observó y alertó sobre un posible vínculo entre el consumo total de carne y los trastornos de la próstata.
Por precaución, limite los productos cárnicos procesados. Prefiera carnes poco grasas, ecológicas o certificadas, sin aditivos, a razón de 3 a 4 veces por semana.
Para preservar la buena función de su próstata, puede variar sus menús sustituyendo la carne por proteínas vegetales.
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4. Los alimentos a la parrilla, fritos y ahumados

Los métodos de cocción influyen en el envejecimiento celular y pueden acelerar ciertas manifestaciones fisiológicas. Para la próstata y su salud, las cocciones suaves son mucho mejores.
Durante las cocciones a alta temperatura, como en la barbacoa, en frituras o en el ahumado de los alimentos, se forman sustancias potencialmente nocivas. HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos) como el benzopireno, AGE (productos de glicación avanzada) y AHA (heterocíclicos aromáticos).
Si se consumen en gran cantidad y de forma regular, resultan cancerígenos, al aumentar la inflamación y el estrés oxidativo.
Por ejemplo, este estudio estadounidense demostró un riesgo aumentado de cáncer de próstata en estadio avanzado, del 60% en promedio, para los grandes consumidores de carnes a la parrilla o muy hechas.
5. El azúcar y los productos azucarados

Refrescos, pasteles, pastelería, bollería, azúcares añadidos y caramelos en exceso son responsables de diversas enfermedades crónicas. Entre ellas el sobrepeso y la diabetes, así como la inflamación.
Sin embargo, la obesidad y la hiperinsulinemia podrían favorecer la hiperplasia benigna de la próstata (HBP), según el Congreso francés de urología.
Para un peso saludable y una glucemia equilibrada que reduzcan los riesgos de diabetes, la cantidad y la calidad de los productos azucarados consumidos a diario juegan un papel crucial.
Una alimentación baja en carbohidratos, pobre en hidratos de carbono y rica en proteínas, incluso reduciría a la mitad los riesgos de cáncer de próstata.
Mantenga los placeres dulces ocasionales preferiendo frutas frescas y recetas caseras. Si lo necesita, puede contar con una dietista-nutricionista para equilibrar su alimentación.
6. Las bebidas alcohólicas

A la vez dulce y compuesto por etanol, el alcohol debe consumirse con moderación para mantener una próstata sana.
Investigadores compararon los datos de más de 10 000 hombres que participaron en el estudio de prevención del cáncer de próstata. Aquellos que consumían grandes cantidades de bebidas alcohólicas tenían el doble de probabilidades de verse afectados por la enfermedad.
Según las recomendaciones del PNNS, dos copas al día, y no todos los días, son una referencia para evaluar sus hábitos. Más de 20 copas de alcohol por semana, el consumo se considera de riesgo.
Mis consejos para una próstata sana
Todos estos descubrimientos sobre la próstata son muy alentadores para orientar mejor los hábitos alimentarios y el estilo de vida en general.
Limitar el sedentarismo así como reducir el estrés es tan importante como evitar los alimentos mencionados.
Por último, pida consejo a su médico desde los primeros síntomas de trastornos urinarios, ante infecciones o en caso de dudas.
Fuentes y estudios científicos
Karine Trudeau, Marie-Claude Rousseau, Christine Barul, Ilona Csizmadi, Marie-Élise Parent – Los patrones dietéticos están asociados con el riesgo de cáncer de próstata en un estudio de casos y controles de base poblacional en Montreal, Canadá, 2020
Roberto Fabiani, Liliana Minelli, Gaia Bertarelli y Silvia Bacci – Un patrón dietético occidental aumenta el riesgo de cáncer de próstata: una revisión sistemática y metanálisis, 2016
Halcyon G. Skinner, Gary G. Schwartz – Un estudio prospectivo del calcio sérico total e ionizado y el cáncer de próstata fatal, 2009
Esther M. John, Mariana C. Stern, Rashmi Sinha y Jocelyn Koo – Consumo de carne, prácticas de cocción, mutágenos de la carne y riesgo de cáncer de próstata, 2012
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Erika Ax, Hans Garmo, Birgitta Grundmark, Anna Bill-Axelson, Lars Holmberg, Wulf Becker, Björn Zethelius, Tommy Cederholm, Per Sjögren – Patrones dietéticos y riesgo de cáncer de próstata: informe del estudio de cohorte ULSAM basado en población de hombres suecos, 2014
Zhihong Gong, Dr. Alan R. Kristal, Jeannette M. Schenk, Dr. Catherine M. Tangen, Phyllis J. Goodman y Ian M. Thompson – Consumo de alcohol, finasterida y riesgo de cáncer de próstata: resultados del Prostate Cancer Prevention Trial, 2009

