El hierro es uno de los oligoelementos esenciales más importantes: se encuentran entre 2,5 g y 4 g en el cuerpo. Decir «compuesto esencial» implica «aporte obligatorio a través de la alimentación».
Su presencia es indispensable para la composición de la hemoglobina, proteína que asegura el transporte del oxígeno. Más allá de esta función, que representa el 70 % de su utilización, el hierro:
- se encuentra en la mioglobina de los músculos para permitir su oxigenación
- participa en la formación del ATP, una fuente de energía del cuerpo
- contribuye al desarrollo y al mantenimiento de la función cognitiva
Se estima que hay que aportar 11 mg de hierro al día a los hombres, y hasta 16 mg a las mujeres que presentan pérdidas menstruales importantes.
La ansiedad es una sensación de malestar cuyo origen es difícil de definir, a diferencia del estrés. Aunque no parece existir un vínculo directo entre la ansiedad y la falta de hierro, una deficiencia de este oligoelemento podría aumentar las angustias ya existentes.
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Vínculos con la ansiedad
El hierro juega un papel en la regulación del estado de ánimo
El hierro está asociado a la síntesis de neurotransmisores importantes en la regulación del estado de ánimo:
- la dopamina (placer inmediato)
- la noradrenalina (excitación)
- la serotonina (llamada «hormona de la felicidad» )
Al reducirse el hierro, su síntesis también se ve disminuida, afectando nuestro estado de ánimo.
Al investigar sobre el tema, encontré este estudio científico realizado en Japón. Se interesó por este fenómeno y se llevó a cabo en unas decenas de personas víctimas de crisis de ansiedad.
Los investigadores observaron los niveles de vitaminas B2, B6, B12 y de hierro. ¿La razón? Estas 4 moléculas son indispensables en la reacción química que sintetiza la serotonina, la hormona de la felicidad, a partir del triptófano.
¡Y bingo! Las personas ansiosas tenían un nivel de vitamina B6 y de hierro muy inferior a los niveles normales.
Sin embargo, creo que nuevos estudios de mayor envergadura deberían llevarse a cabo para explorar mejor este vínculo entre la carencia de hierro y la ansiedad.
Otros síntomas psicológicos de una deficiencia de hierro
La falta de hierro también está implicada en el aumento de la irritabilidad, los riesgos de depresión y los trastornos del estado de ánimo.
Además, si usted sufre una carencia de hierro que provoca una fatiga importante y un malestar continuo, corre el riesgo de volverse aún más irritable. ¡Precisamente por esa disminución de la capacidad física!
Los trastornos del estado de ánimo y la aparición de un sentimiento de decaimiento no están necesariamente vinculados a una carencia de hierro, aunque considero que sigue siendo una pista a explorar. Si siente angustia, no dude en hablarlo con su entorno y consulte a un profesional de la salud.

Las causas de una deficiencia de hierro y sus síntomas físicos
Causas diferentes según el perfil
La deficiencia de hierro puede aparecer en cualquier persona y a cualquier edad. Pero ciertas condiciones favorecen su aparición. En general, surge en 4 casos:
- en caso de necesidad de aporte aumentada : es el caso de los deportistas, las mujeres embarazadas, los donantes de sangre habituales
- por una absorción insuficiente: cuando la alimentación es vegetariana o desequilibrada, o cuando hay problemas digestivos
- en caso de pérdida abundante de sangre : durante menstruaciones abundantes, hemorragias crónicas, o tras ciertas operaciones
- en ciertas enfermedades digestivas crónicas, en caso de cáncer, de disfunciones renales o enfermedades cardíacas
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Numerosos síntomas físicos
Un análisis de sangre prescrito por un profesional de la salud le ayudará a saber si padece una carencia. Estos síntomas pueden alertarle:
- fatiga y agotamiento
- problemas de concentración
- trastornos del sueño
- dolores de cabeza
- pérdida de cabello y uñas frágiles
- labios agrietados
- síndrome de las piernas inquietas
- sistema inmunitario debilitado

