Es un poco tabú, pero es una afección común que puede afectar a una buena parte de nuestro cuerpo. Se trata simplemente de un crecimiento excesivo de una población de hongos patógenos.
En nuestra piel, en nuestros intestinos, en las mucosas y otros lugares propicios para su buen desarrollo… ¿Cuáles son las condiciones ideales para provocar la aparición de este tipo de infección?
- un entorno húmedo (en los pliegues cutáneos, los pies, las partes genitales …)
- un debilitamiento del sistema inmunitario
- un contacto directo con el hongo
- tras un tratamiento antibiótico que desequilibra la flora
Para hacer frente a estas infecciones, a menudo consecuencia del desarrollo de hongos del género Candida, existen, por supuesto, medicamentos.
Pero antes de recurrir a la receta médica, ¿por qué no probar un antifúngico natural? Atención: si no son eficaces, consulte rápidamente a un profesional de la salud.
1. El jengibre

El jengibre se ha utilizado durante siglos en la medicina tradicional. Su composición, rica en gingerol, shogaol y zingibereno, le confiere propiedades antimicrobianas, incluidos efectos antifúngicos, como describe este estudio.
Puede consumirlofresco, en platos, o también en forma de infusión para aprovechar sus beneficios.
2. Los aceites esenciales

Entre ellas, encontramos:
- el aceite esencial de árbol de té (tea tree)
- el aceite esencial de orégano
- el aceite esencial de canela
- el aceite esencial de tomillo
- el aceite esencial de lavanda verdadera
Al hacer mis investigaciones, encontré este estudio, que confirma que estos son los antifúngicos más interesantes.
Quisiera llamar su atención sobre el hecho de que ciertos aceites esenciales son muy potentes y deben emplearse diluidos en un aceite vegetal. Respete las precauciones de uso del fabricante para utilizarlos con seguridad y pida consejo a un farmacéutico en caso de duda.
3. El ajo

Este estudio ha destacado la composición rica en moléculas que contienen azufre, como la alicina del ajo. Se entiende por qué ocupa un lugar destacado entre los antifúngicos naturales.
Según la investigación, podría inhibir la actividad de ciertos hongos patógenos y prevenir su crecimiento, en particular Candida albicans.
Puede consumirlo crudo en una ensalada, añadirlo a sus platos o usarlo localmente en la zona a tratar. Atención, puede ser irritante. Por eso le aconsejo hacer una primera prueba de sensibilidad en la piel.
4. El vinagre de sidra

El uso del vinagre de sidra para tratar los males cotidianos es un verdadero remedio de abuela. ¿La causa? Su ácido acético, que podría atacar las paredes celulares de los hongos para frenar su crecimiento y su proliferación.
Su acción no se detendría ahí, ya que ayudaría a cambiar el pH de la piel, haciendo el entorno menos propicio para el desarrollo de los hongos responsables.
No obstante, como muestra este estudio que encontré, aún faltan pruebas científicas sobre el tema para validar sus efectos positivos.
5. El extracto de semillas de pomelo

El extracto de semillas de pomelo es reconocido en el ámbito de la salud natural por ayudar a combatir las infecciones fúngicas. Este estudio se ha centrado en el tema.
Es rico en bioflavonoides, limonoides y vitaminas C y E, compuestos que a su vez tienen actividad fungicida. ¿Su acción? Rompen las paredes celulares de los hongos y evitan su multiplicación.
Creo, sin embargo, que merecen realizarse estudios adicionales.
En cuanto a su uso, puede aplicarse localmente en la zona, o incluso ingerirse en forma de cápsulas. Solicite siempre consejo médico antes de usar este tipo de producto.
6. La cúrcuma

Como ocurre con sus otros beneficios, la cúrcuma obtiene sus efectos de su compuesto principal: la curcumina.
Esta molécula ayudaría a reducir el crecimiento de las especies responsables de la infección al perturbar su división celular y al alterar su membrana, como se sintetiza en este análisis que encontré.
Para consumirlo, le aconsejo que lo utilice regularmente en la cocina con fines preventivos, pero también en forma de complemento alimenticio, o mediante aplicación tópica mezclándolo con agua para formar una pasta.
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7. Las hojas de olivo

El extracto de hoja de olivo es rico en oleuropeína, un compuesto activo que le proporcionaría sus efectos antimicóticos naturales.
Esta molécula podría limitar la propagación del hongo y reforzar las defensas naturales, como muestra este estudio realizado in vitro.
Para su consumo, sería eficaz esencialmente en forma de complemento alimenticio .
8. El aceite de coco

No, el aceite de coco no es solo beneficioso para el cabello !
Su mayoría de ácidos grasos de cadena media (ácido láurico, ácido cáprico y ácido caprílico) poseen actividades antifúngicas que resultan útiles, especialmente en las micosis de la uña. Le invito a consultar esta estudio sobre el tema.
En la práctica, se consume tanto por vía oral como de forma tópica.
9. El henna

Utilizado para el tatuaje temporal o también como tratamiento capilar, los usos del henna no se detienen ahí.
La lawsone, o ácido hennotánico, su colorante rojo-anaranjado, presente en su composición, es un fungicida natural. Podría interferir con los mecanismos de multiplicación de los hongos !
No es todo. Sus propiedades astringentes limitan la humedad del cuero cabelludo o de la piel, lo que no agrada a los hongos patógenos que prosperan en este tipo de ambiente.
10. Los probióticos

Por último, los probióticos son una buena solución para prevenir las infecciones fúngicas. Durante un tratamiento con antibióticos, este puede alterar la flora intestinal, cutánea o vaginal.
Y es precisamente cuando su entorno está fragilizado que los hongos corren el riesgo de instalarse para desarrollarse.
Para evitar llegar al tratamiento, considere suplementarse con probióticos durante un tratamiento con antibióticos. ¿La ventaja? Alivian los efectos adversos potenciales del tratamiento, a saber, la diarrea y otros trastornos digestivos.
Este estudio sobre el tema llamó mi atención. Incluso podrían existir cepas de probióticos que podrían actuar cuando la infección fúngica ya está desarrollada. Una vía prometedora para el futuro.
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