Arrugas: los complementos alimenticios más eficaces

El envejecimiento cutáneo es un proceso natural marcado por cambios visibles como las arrugas, la flacidez cutánea y la aparición de manchas pigmentarias. Este fenómeno está influido por factores internos (genéticos, hormonales) y externos (exposición a los rayos UV, contaminación, tabaco). La piel sufre una reducción progresiva de su elasticidad y firmeza desde los 25 años, aunque los signos se hacen más visibles a partir de 35-40 años. Una vez formadas, las arrugas nunca desaparecen de forma espontánea, lo que hace esencial prevenirlas hidratando la piel a diario y cuidando la alimentación.

Mecanismos del envejecimiento cutáneo

Todo comienza en la dermis, una capa profunda de la piel que garantiza su elasticidad, resistencia y cohesión. Se sostiene sobre una matriz extracelular compuesta por fibras proteicas, glicoproteínas, ácido hialurónico y agua. El colágeno (principalmente de tipo I) representa aproximadamente el 70 % de esta matriz y forma fibras en haces para garantizar la estructura y la solidez de la dermis. La elastina (alrededor del 2 %) desempeña un papel en la flexibilidad de la piel gracias a su red tridimensional. Estas fibras son sintetizadas por los fibroblastos y degradadas por la acción de enzimas llamadas metaloproteinasas. Con la edad y bajo el efecto de los UV, la producción de metaloproteinasas de la matriz aumenta. Estas enzimas degradan las fibras de colágeno y elastina, reduciendo así la densidad y la cohesión de la dermis. Paralelamente, el estrés oxidativo disminuye la capacidad de los fibroblastos para sintetizar nuevas fibras de colágeno. La pérdida de la hidratación natural de la piel y la ralentización de la regeneración celular también contribuyen a la aparición de una piel más fina y frágil. También cabe subrayar la importancia de la acción hormonal (en particular de los estrógenos) en la prevención del envejecimiento cutáneo. De hecho, los estrógenos aumentan la actividad de los fibroblastos en la dermis, favorecen la síntesis de colágeno y estimulan la producción de ácido hialurónico, reconocido por sus propiedades hidratantes.

Tratamientos del envejecimiento cutáneo

El abordaje del envejecimiento cutáneo se basa en estrategias que combinan cuidados externos e internos para mejorar la apariencia de la piel y prevenir los signos de la edad. Entre las soluciones externas, los retinoides (como el retinol) se utilizan ampliamente para reducir la apariencia de las arrugas. Los alfahidroxiácidos (AHA), como el ácido glicólico, favorecen la exfoliación, mejoran la textura de la piel y aumentan la renovación celular. Los tratamientos más avanzados incluyen los peeling químicos y el microneedling, que favorecen la regeneración cutánea al estimular la producción de colágeno. Los láseres y las tecnologías de luz pulsada también actúan sobre las irregularidades pigmentarias y las arrugas, reforzando así la elasticidad cutánea. Por vía interna, el colágeno hidrolizado ha mostrado efectos prometedores en la mejora de la hidratación y de la densidad de la piel. Los fitoestrógenos, presentes en la soja o en las semillas de lino, contribuyen al mantenimiento de la elasticidad de la piel. Los ácidos grasos omega-3, procedentes de los pescados grasos, ofrecen protección frente a la inflamación crónica y los daños relacionados con los radicales libres. Por último, los oligoelementos como el silicio, el zinc y el cobre desempeñan un papel clave en la prevención del envejecimiento prematuro, participando en la calidad, la integridad y la elasticidad de la piel.