Trombosis venosas: los complementos alimenticios más eficaces

La trombosis venosa se define como la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en el interior de las venas, obstruyendo parcial o totalmente el flujo sanguíneo. Puede afectar a las venas profundas o a las venas superficiales. La trombosis venosa profunda suele localizarse en las extremidades inferiores, pero también puede producirse en otras zonas del cuerpo, como en las venas cerebrales o pélvicas.

Fisiopatología

La fisiopatología de la trombosis se basa en la tríada de Virchow, que describe tres factores principales que conducen a la formación del trombo: • Estasis sanguínea : Una inmovilidad prolongada, una insuficiencia venosa o las varices provocan un enlentecimiento del flujo sanguíneo, favoreciendo la formación de coágulos. • Lesiones parietales : Traumatismos vasculares, intervenciones quirúrgicas o el uso de catéteres pueden dañar el endotelio de las venas, iniciando el proceso trombótico. • Hipercoagulabilidad : Trastornos hereditarios o adquiridos, como la trombofilia, aumentan la tendencia de la sangre a coagularse.

Clasificación de las trombosis venosas

Las trombosis venosas se clasifican principalmente en dos categorías: • Trombosis venosa profunda : Afecta principalmente a las venas profundas de las extremidades inferiores, pero también puede afectar a las extremidades superiores o a las venas abdominales y pélvicas. Esta condición se manifiesta por dolor localizado, hinchazón, enrojecimiento y sensación de calor en la zona afectada. En los casos graves, puede provocar una embolia pulmonar, una complicación seria que se traduce en dolor torácico, disnea o taquicardia. • Trombosis venosa superficial : Afecta a las venas próximas a la superficie de la piel, como la vena safena en las piernas, y suele asociarse con varices. Sus síntomas incluyen hinchazón, enrojecimiento, la presencia de un cordón doloroso palpable bajo la piel y, a veces, fiebre leve. Aunque es menos grave que la trombosis venosa profunda, requiere un manejo adecuado para evitar posibles complicaciones.

Etiologías

Las causas de las trombosis son múltiples: • Factores hereditarios : Algunas personas presentan una predisposición genética a la trombofilia, lo que aumenta el riesgo de trombosis. • Factores adquiridos : La inmovilidad prolongada (viaje, hospitalización), la cirugía, los cánceres, el embarazo, el uso de anticonceptivos orales o la terapia hormonal sustitutiva son causas frecuentes. • Traumatismos e infecciones : Lesiones vasculares tras traumatismos o infecciones también pueden dar lugar a la formación de trombos.

Complicaciones

Las principales complicaciones de las trombosis venosas son: • Embolia pulmonar : Una parte del trombo puede desprenderse y migrar hacia los pulmones, provocando una obstrucción de las arterias pulmonares. • Recurrencia : El riesgo de recurrencia es elevado, sobre todo en pacientes con factores de riesgo persistentes, como la trombofilia o el cáncer. • Síndrome postrombótico : La trombosis venosa profunda no tratada puede causar secuelas a largo plazo como dolor crónico, edemas o úlceras venosas.

Tratamiento

Los anticoagulantes desempeñan un papel crucial en la prevención de la extensión de los coágulos sanguíneos (trombos) y de complicaciones como la embolia pulmonar. Los principales tipos de anticoagulantes utilizados incluyen: • Heparinas de bajo peso molecular : Estos anticoagulantes, administrados por inyección subcutánea, se utilizan ampliamente en la fase aguda para tratar la trombosis venosa profunda y prevenir la embolia pulmonar. Se recomiendan especialmente para pacientes con trombosis venosa profunda o trombosis venosa superficial grave y con alto riesgo de extensión. • Fondaparinux : El fondaparinux, empleado a dosis profilácticas, ha demostrado una gran eficacia para reducir los riesgos de complicaciones tromboembólicas. • Antagonistas de la vitamina K : Los antagonistas de la vitamina K, como la warfarina, se usan menos en la fase aguda pero pueden prescribirse a largo plazo para la prevención de recurrencias. Su uso requiere un seguimiento regular del índice internacional normalizado (INR) para ajustar la dosis. • Nuevos anticoagulantes orales directos : Los anticoagulantes orales directos, como el rivaroxabán y el apixabán, están ganando popularidad porque no requieren un control biológico tan estricto como los antagonistas de la vitamina K. Son eficaces para tratar las trombosis venosas profundas y prevenir las recurrencias tromboembólicas. • Compresión elástica : La prescripción de medias de compresión (clase 2 o 3) sigue siendo un enfoque recomendado para pacientes con trombosis venosa profunda o trombosis venosa superficial. Estas medias ayudan a prevenir la aparición de complicaciones como el síndrome postrombótico al reducir el edema y mejorar el retorno venoso. • Trombólisis : En los casos graves, especialmente en trombosis venosas profundas masivas o en embolias pulmonares que amenacen la vida del paciente, puede utilizarse la trombólisis. Esta técnica consiste en administrar agentes trombolíticos para disolver el coágulo, pero se reserva para los casos más graves debido al elevado riesgo de hemorragia. • Cirugía e intervenciones mecánicas : En caso de trombosis masiva, puede contemplarse una intervención quirúrgica o una trombectomía mecánica. Esta opción suele reservarse para situaciones en las que los tratamientos anticoagulantes resultan ineficaces o están contraindicados.

Prevención de las trombosis

La prevención de las trombosis puede beneficiarse del uso de plantas, combinadas con un estilo de vida adecuado. Plantas venotónicas como la vid roja, el castaño de Indias y el rusco refuerzan las paredes venosas y favorecen un mejor retorno venoso. El hamamelis y el meliloto ayudan a reducir los edemas y a aliviar la sensación de piernas pesadas. Además, los OPC, extraídos de semillas de uva, actúan como potentes antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos frente a los daños oxidativos.