Trastornos urinarios: complementos alimenticios más eficaces

Los trastornos urinarios abarcan un conjunto de disfunciones que afectan al sistema urinario, compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Estos trastornos incluyen patologías frecuentes como las infecciones urinarias, los cálculos renales, la insuficiencia renal y la nefropatía diabética.

Infecciones urinarias

Las infecciones urinarias son las más comunes entre los trastornos urinarios. Se producen cuando bacterias, generalmente Escherichia coli, colonizan la uretra o la vejiga. Este fenómeno se ve favorecido por la anatomía femenina, las enfermedades crónicas como la diabetes, o por prácticas como la retención prolongada de orina. Los síntomas incluyen: • Ardor al orinar. • Necesidad frecuente de orinar con volúmenes reducidos. • Orina turbia, a veces maloliente o con sangre. En ausencia de tratamiento, la infección puede progresar a una pielonefritis (infección de los riñones), provocando fiebre y dolores lumbares.

Cálculos renales

Los cálculos renales son depósitos sólidos formados por la acumulación de minerales en los riñones o en las vías urinarias. Suelen estar relacionados con un consumo insuficiente de agua, una alimentación rica en sal o desequilibrios metabólicos. Los síntomas incluyen dolores intensos (cólicos renales), náuseas y dificultades para orinar. La prevención se basa en una hidratación adecuada y una alimentación equilibrada, limitando la ingesta de sal y de proteínas animales.

Insuficiencia renal

La insuficiencia renal, aguda o crónica, consiste en la incapacidad de los riñones para filtrar eficazmente la sangre. Esta patología puede ser causada por infecciones recurrentes, cálculos no tratados o enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes. Los síntomas incluyen fatiga, edemas, trastornos urinarios y desequilibrios electrolíticos. Un diagnóstico precoz es crucial para ralentizar la progresión de la enfermedad mediante intervenciones médicas o nutricionales.

Nefropatía diabética

La nefropatía diabética es una complicación frecuente en pacientes con diabetes de tipo 1 o 2. Resulta de lesiones progresivas de los glomérulos renales debidas a niveles elevados de glucosa y a una hipertensión mal controlada. Los primeros signos, como la albuminuria (proteínas en la orina), suelen ser discretos, lo que requiere un seguimiento regular. En ausencia de tratamiento, esta patología puede evolucionar hacia una insuficiencia renal terminal. El manejo de los trastornos urinarios varía según la patología, pero algunas medidas generales resultan eficaces para prevenir o limitar su progresión: • Hidratación : Beber 1,5 a 2 litros de agua al día reduce el riesgo de cálculos renales y de infecciones urinarias. • Higiene urinaria : Orinar con regularidad y evitar retener la orina favorece la eliminación de las bacterias. • Seguimiento médico : Una detección precoz permite controlar patologías silentes como la nefropatía diabética. El consumo de arándano y de infusiones diuréticas (gayuba, diente de león) favorece la salud urinaria.