Tendinitis: complementos alimenticios más eficaces

Una tendinitis es una inflamación de un tendón, esa estructura fibrosa que une los músculos con los huesos. Aunque a menudo se utiliza el término «tendinitis», la comunidad médica hoy en día prefiere la palabra «tendinopatía» para englobar un espectro más amplio de condiciones que incluyen alteraciones estructurales, dolor y una disminución de las funciones tendinosas. Las tendinopatías afectan principalmente a los tendones de los hombros, los codos, las rodillas y los tobillos, y pueden ser causadas por sobrecargas repetidas, traumatismos o desequilibrios metabólicos y hormonales.​

Fisiopatología de la tendinopatía

La tendinopatía implica modificaciones complejas de la estructura y la composición de los tendones. Normalmente compuestos por fibras de colágeno bien organizadas, los tendones tendinopáticos muestran una desorganización de las fibras, un aumento de los vasos sanguíneos (neovascularización) y una infiltración de los nervios sensoriales. Estas alteraciones reducen la capacidad de los tendones para resistir las cargas mecánicas​. Además, procesos inflamatorios sutiles, antes ignorados, son ahora reconocidos como importantes. Las citoquinas inflamatorias, como la IL-6 y el TNF-alfa, alteran el equilibrio entre la síntesis y la degradación del colágeno. Esto conduce a una producción excesiva de colágeno tipo III, menos resistente, comprometiendo la resistencia del tendón​. Las tendinopatías suelen ser multifactoriales: • Factores intrínsecos : edad, sexo, trastornos metabólicos (diabetes, obesidad), debilidad muscular o desequilibrios biomecánicos. • Factores extrínsecos : movimientos repetitivos, sobrecarga mecánica o el uso de ciertos medicamentos como los corticosteroides o los antibióticos fluoroquinolonas.​

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas típicos incluyen dolor localizado, rigidez y, a veces, debilidad funcional. Estos dolores suelen empeorar con la actividad física y aliviarse con el reposo. El diagnóstico se basa en un examen clínico exhaustivo, prestando especial atención a los dolores provocados por movimientos específicos. Técnicas de imagen, como la ecografía o la resonancia magnética (RM), pueden utilizarse para confirmar el diagnóstico y evaluar los daños estructurales.

Tratamientos de las Tendinitis

El tratamiento de las tendinitis se basa en una combinación de enfoques destinados a aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la función del tendón. Reposo y modificaciones de las actividades : El reposo es esencial para reducir la sobrecarga mecánica sobre el tendón. No obstante, la inmovilización prolongada no se recomienda, ya que puede debilitar aún más el tendón. A menudo se aconseja adaptar los movimientos o las actividades deportivas para evitar tensiones repetidas. Ejercicios excéntricos : Considerados la piedra angular del tratamiento conservador, estos ejercicios fortalecen progresivamente el tendón al alargar sus fibras bajo tensión. Su eficacia está demostrada para las tendinopatías del tendón de Aquiles, de la rótula y del codo. Terapia física : Técnicas como los masajes transversales profundos, los estiramientos específicos y la electroterapia (como los ultrasonidos) ayudan a mejorar la circulación local y a favorecer la curación. Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP) : Esta terapia consiste en inyectar una concentración de plaquetas directamente en la zona afectada. Estimula la regeneración tisular liberando factores de crecimiento, aunque los resultados varían según los estudios. Corticosteroides : Utilizados para un alivio rápido del dolor, estas inyecciones deben limitarse a los casos agudos. Su uso prolongado puede debilitar el tendón y ralentizar su recuperación. Terapia por ondas de choque extracorpóreas : Este método no invasivo envía impulsos mecánicos al tendón, estimulando la regeneración y reduciendo el dolor crónico. Láser de baja intensidad : Reconocido por su capacidad para modular la inflamación y acelerar la reparación, este enfoque es prometedor en algunos tipos de tendinopatías. En los casos refractarios en los que los tratamientos conservadores fallan después de varios meses, se puede considerar la cirugía. Tras el tratamiento, una rehabilitación supervisada sigue siendo indispensable para fortalecer los músculos circundantes y restablecer la movilidad.