Síndrome premenstrual: complementos alimenticios más eficaces

El síndrome premenstrual (SPM) es un conjunto de manifestaciones físicas, psicológicas y conductuales que aparecen en la fase lútea del ciclo menstrual, unos días antes de la menstruación. Estos síntomas suelen desaparecer al comienzo de la regla. El SPM afecta a aproximadamente el 20% de las mujeres en edad fértil y sus síntomas varían desde una simple tensión nerviosa hasta auténticos trastornos del comportamiento.

Causas

El SPM afecta principalmente a las mujeres en edad fértil y puede hacerse más pronunciado con la edad. Aunque los mecanismos precisos siguen siendo poco conocidos, el desequilibrio hormonal entre los estrógenos y la progesterona desempeña un papel central. Durante la fase lútea, la caída de los estrógenos y la fluctuación de la progesterona pueden alterar la regulación de neurotransmisores como la serotonina, lo que explica en parte los trastornos del estado de ánimo. Además, se sospecha una hipersensibilidad a las prostaglandinas y a las variaciones hormonales. En efecto, durante la fase lútea, las variaciones hormonales provocan un aumento en la producción de ciertas prostaglandinas, especialmente PGE2 y PGF2α, que son proinflamatorias. Estas prostaglandinas participan en la contracción de los músculos lisos del útero y en la regulación del flujo menstrual. Finalmente, los factores genéticos y ambientales, como el estrés y el sedentarismo, también pueden agravar los síntomas.

Síntomas y diagnóstico

Las manifestaciones del SPM incluyen: • Físicos: sensibilidad mamaria, hinchazón, migrañas, aumento de peso debido a retención de líquidos. • Psicológicos: irritabilidad, tristeza, fatiga, dificultades de concentración. • Conductuales: antojos alimentarios específicos (azúcar, chocolate), retraimiento social. El diagnóstico se basa en un seguimiento riguroso de los síntomas mediante registros, como el Daily Record of Severity of Problems (DRSP). Estas herramientas permiten confirmar el carácter cíclico de los trastornos, descartando otras patologías como disfunciones tiroideas o trastornos psiquiátricos.

Tratamientos

Entre las opciones farmacológicas se pueden citar: • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: primera línea para los síntomas emocionales, aunque asociados a efectos secundarios frecuentes. • Anticonceptivos orales combinados: estabilizan las fluctuaciones hormonales y reducen los síntomas físicos. Una combinación de drospirenona y etinilestradiol está particularmente recomendada En cuanto a la nutrición, los suplementos ricos en calcio, magnesio, vitamina B6 y ácidos grasos omega-3 (aceites de pescado) han mostrado beneficios significativos sobre los síntomas. El sauzgatillo (Vitex agnus-castus) actúa como un agonista de la dopamina, regulando los niveles hormonales y mejorando los trastornos del estado de ánimo. Una alimentación equilibrada asociada a una actividad física regular puede atenuar los síntomas. La gestión del estrés también es beneficiosa.