Glaucoma: complementos alimenticios más eficaces

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El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que se caracteriza por un aumento de la presión intraocular (PIO), lo que provoca daños progresivos en el nervio óptico. Esta afección puede causar pérdida de la visión periférica y, si no se trata, conducir a la ceguera. Existen varias formas de glaucoma, siendo las más comunes el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado.

Mecanismos del Glaucoma

En el glaucoma, la presión intraocular aumenta cuando el humor acuoso, el líquido que llena la cámara anterior del ojo, no se evacua correctamente. Este líquido se produce de forma constante por los procesos ciliares y debe eliminarse a través de la malla trabecular para mantener una PIO normal. Cuando existe un desequilibrio entre la producción y la evacuación del humor acuoso, la presión dentro del ojo se incrementa, lo que provoca una compresión del nervio óptico y lesiones irreversibles. El glaucoma de ángulo abierto suele deberse a una degeneración progresiva del trabéculo, mientras que el glaucoma de ángulo cerrado resulta de una obstrucción súbita del ángulo de drenaje. Las lesiones del nervio óptico pueden estar relacionadas con una compresión mecánica (teoría mecánica) o con una mala vascularización de la cabeza del nervio óptico (teoría isquémica).

Factores de riesgo

Varios factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar glaucoma: • Edad : El riesgo aumenta después de los 40 años, especialmente a partir de los 60 años. • Antecedentes familiares : Las personas que tienen familiares con glaucoma presentan un mayor riesgo. • Etnicidad : Las personas de origen africano, asiático y hispano tienen un mayor riesgo. • Enfermedades sistémicas : La diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares pueden favorecer la aparición del glaucoma. • Miopía : Las personas con miopía son más propensas a desarrollar un glaucoma de ángulo abierto. • Corticosteroides : El uso prolongado de corticosteroides, especialmente en colirio, puede aumentar la presión intraocular.

Clasificación y síntomas

El glaucoma puede clasificarse principalmente en dos tipos: Glaucoma de ángulo abierto Es la forma más común, representando aproximadamente el 90 % de los casos. Este tipo de glaucoma se desarrolla lentamente y, a menudo, sin síntomas durante varios años. Los signos clínicos son discretos al principio, lo que dificulta el diagnóstico sin cribado regular. La elevación de la PIO provoca una pérdida progresiva de la visión periférica (escotomas). En una fase avanzada, la visión central también puede verse afectada, y los pacientes pueden desarrollar ceguera irreversible si no se trata a tiempo. Glaucoma de ángulo cerrado Menos frecuente, este tipo de glaucoma ocurre cuando el ángulo de drenaje del humor acuoso queda bloqueado de forma brusca, provocando un aumento rápido de la PIO. A diferencia del glaucoma de ángulo abierto, los síntomas son más agudos: dolor ocular intenso, dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas, vómitos y percepción de halos alrededor de las luces. El glaucoma de ángulo cerrado es una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato para evitar lesiones irreversibles del nervio óptico.

Tratamiento

El tratamiento del glaucoma tiene como objetivo reducir la presión intraocular para evitar daños en el nervio óptico. Existen varias opciones según el tipo y la gravedad del glaucoma: • Medicamentos : Se prescriben colirios hipotensores para disminuir la producción de humor acuoso o facilitar su evacuación. Estos tratamientos incluyen betabloqueantes, inhibidores de la anhidrasa carbónica y análogos de prostaglandinas. • Láser : Procedimientos con láser como la trabeculoplastia pueden usarse para mejorar el drenaje del humor acuoso en el glaucoma de ángulo abierto. Para el glaucoma de ángulo cerrado, puede practicarse una iridotomía periférica para restablecer la evacuación del líquido. • Cirugía : En los casos en que los tratamientos médicos o con láser no son suficientes, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas como la trabeculectomía o la implantación de dispositivos de drenaje para controlar la PIO.

Prevención

La detección precoz es esencial para prevenir la progresión del glaucoma. Se recomienda someterse a un examen oftalmológico completo cada 2 a 3 años después de los 40 años, o con mayor frecuencia en caso de factores de riesgo. La monitorización de la PIO, el control de los factores de riesgo cardiovascular y el uso de gafas protectoras al realizar actividades de riesgo forman parte de las medidas preventivas esenciales.

# Presión intraocular

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