Deficiencia de cobre: los complementos alimenticios más eficaces

El cobre es un oligoelemento indispensable para el organismo, presente en pequeñas cantidades pero que desempeña un papel crucial para la salud. Se encuentra principalmente en las vísceras, los mariscos, los frutos secos, las semillas y los productos derivados de cereales. Las ingestas diarias recomendadas de cobre varían según la edad y el sexo, pero generalmente se sitúan alrededor de 1,5 a 2 mg al día para un adulto. Esta ingesta es esencial para mantener las funciones biológicas en las que interviene el cobre.

Función esencial del cobre

El cobre es indispensable en numerosos procesos biológicos vitales. Es esencial para la producción de hemoglobina, una proteína clave para el transporte de oxígeno en la sangre. Así, el cobre ayuda a prevenir la anemia hipocrómica, una condición caracterizada por fatiga intensa, debilidad general y una capacidad reducida para combatir las infecciones. Además, el cobre actúa como cofactor enzimático en diversas reacciones esenciales. Por ejemplo, es crucial para el buen funcionamiento de la enzima superóxido dismutasa (SOD), que protege al organismo frente a los radicales libres. La SOD neutraliza los superóxidos, moléculas inestables responsables de daños celulares y del envejecimiento prematuro. Sin cobre, esta enzima no podría ejercer su acción protectora contra el estrés oxidativo. El cobre también desempeña un papel importante en la síntesis de la melanina, el pigmento responsable de la coloración de la piel, el cabello y los ojos. Esta función está mediada por la enzima tirosinasa, cuya actividad depende directamente del cobre. La tirosinasa transforma la tirosina en melanina, protegiendo así la piel contra los efectos nocivos de los rayos UV y retrasando la aparición de las canas. Por último, el cobre es esencial para la formación de colágeno, un componente clave de los huesos, los cartílagos y los tejidos conectivos, contribuyendo así a su estructura y reparación.

Consecuencias de una deficiencia de cobre

Una deficiencia de cobre, aunque rara, puede tener graves consecuencias para la salud. Puede deberse a una ingesta insuficiente, a una malabsorción intestinal o a una interacción con otros minerales, como el zinc. Los síntomas de la deficiencia de cobre incluyen anemia, fatiga, fragilidad ósea y una disminución de la inmunidad. En los niños, puede provocar retrasos en el crecimiento y anomalías neurológicas.

Recomendaciones

Para prevenir o tratar una deficiencia de cobre, se recomienda consumir alimentos ricos en cobre o utilizar complementos alimenticios. En oligoterapia, el cobre suele asociarse con otros oligoelementos para maximizar su eficacia. Por ejemplo, la asociación cobre-azufre-silicio se recomienda para la artrosis, mientras que el cobre-selenio-oro se utiliza en el tratamiento de patologías inflamatorias. También es importante mantener un equilibrio entre el cobre y el zinc, ya que un exceso de zinc puede inhibir la absorción de cobre.