Claudicación intermitente: los complementos alimenticios más eficaces

Mis à jour le

La claudicación intermitente se caracteriza por un dolor muscular que aparece con el esfuerzo y desaparece rápidamente en reposo. Este dolor, a menudo sentido en las extremidades inferiores, está relacionado con una insuficiencia de aporte sanguíneo debido a un estrechamiento u obstrucción de las arterias periféricas.

Fisiopatología

La claudicación intermitente resulta de un desequilibrio entre las necesidades de oxígeno de los músculos solicitados durante el esfuerzo y la capacidad de las arterias para suministrar ese oxígeno. Esta falta de oxigenación provoca una isquemia muscular temporal, responsable del dolor. En cuanto se detiene el esfuerzo, la demanda de oxígeno disminuye y el dolor desaparece. La aterosclerosis, que provoca un estrechamiento progresivo de las arterias por la acumulación de placas, es el principal mecanismo que da origen a esta condición, provocando una reducción del flujo sanguíneo hacia los músculos afectados.

Síntomas

Las personas con claudicación intermitente sienten un dolor o una molestia muscular, generalmente en las pantorrillas, durante la marcha. El dolor cesa rápidamente al detener el esfuerzo, pero reaparece sistemáticamente tras recorrer cierta distancia. Esta molestia también puede acompañarse de una sensación de debilidad o calambres en las piernas, lo que dificulta la continuación de la actividad física.

Etiologías

La principal causa de la claudicación intermitente es la aterosclerosis, que estrecha las arterias y limita el aporte sanguíneo hacia los músculos de las extremidades inferiores. En ciertos casos, una trombosis venosa profunda puede provocar síntomas similares. Entre los factores de riesgo más comunes se encuentran el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial, así como la hiperlipidemia, que contribuyen todas al agravamiento de la aterosclerosis y a la aparición de la claudicación.

Tratamientos

El manejo de la claudicación intermitente se basa en varias aproximaciones destinadas a mejorar la circulación sanguínea y a aliviar los síntomas. Los cambios en el estilo de vida son primordiales, empezando por el abandono del tabaco, que es esencial para mejorar la circulación y ralentizar la progresión de la aterosclerosis. El ejercicio físico, en particular los programas de marcha supervisados, también se recomienda para aumentar la distancia de marcha sin dolor y favorecer la circulación sanguínea. Los tratamientos farmacológicos incluyen los antiagregantes plaquetarios, que previenen la formación de coágulos, así como las estatinas, que reducen los niveles de colesterol en la sangre. Los inhibidores de la enzima convertidora (IEC) suelen prescribirse para controlar la hipertensión arterial, contribuyendo así a la protección de los vasos sanguíneos. En los casos más graves, se pueden contemplar intervenciones quirúrgicas. La angioplastia, que consiste en dilatar las arterias estrechadas con un balón, o el bypass, que rodea las arterias obstruidas mediante injertos, son soluciones eficaces para restaurar el flujo sanguíneo. La endarterectomía, que tiene como objetivo retirar la placa de ateroma de las arterias, también puede contemplarse para mejorar la circulación en las extremidades inferiores.

icon

Indications associées

Aterosclerosis

Trombosis venosas


Claudicación intermitente : les compléments alimentaires les plus étudiés


icon

Bastante eficaces

Ginkgo biloba

etudes6 estudios
icon

Probablemente eficaces

L-Arginina

etudes6 estudios

Policosanol

etudes5 estudios