Celulitis: los complementos alimenticios más eficaces

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La celulitis afecta al 80 a 90 % de las mujeres después de la pubertad. Aunque no es una enfermedad, a menudo se percibe como un problema estético importante y puede afectar de forma significativa la calidad de vida. La celulitis se caracteriza por un aspecto irregular de la piel, descrito como «piel de naranja» o «requesón», y se localiza principalmente en los muslos, los glúteos, el abdomen y las caderas. La textura irregular de la piel se acentúa de pie o al pellizcarla.

Formación de la celulitis

La celulitis resulta de modificaciones estructurales en el tejido subcutáneo. La piel contiene septos fibrosos, bandas de tejido conectivo que unen la dermis con el músculo subyacente. En las mujeres, estos septos están orientados verticalmente, lo que permite que los lóbulos adiposos sobresalgan en la dermis, formando depresiones visibles. En cambio, en los hombres, estos septos están inclinados a 45° y se entrecruzan, ofreciendo una mejor estabilidad y limitando la aparición de la celulitis. La formación de la celulitis implica también un desequilibrio de las fuerzas biomecánicas: los adipocitos ejercen presión hacia el exterior mientras que los septos tiran de la piel hacia el interior. Esta interacción, amplificada por factores hormonales, genéticos o relacionados con el estilo de vida, conduce a la aparición de los hoyuelos característicos. La celulitis puede clasificarse en varios tipos según su apariencia y su origen: • Adiposa: asociada a una acumulación de grasa. • Edematosa: causada por retención de agua debida a una mala circulación linfática. • Fibrosa: caracterizada por una piel dura e irregular debido al endurecimiento de los septos fibrosos.

Factores de riesgo

Hormonas: Los estrógenos juegan un papel central al favorecer la retención de agua, la acumulación de grasa y el debilitamiento de los septos. • Genéticos: predisposición familiar. • Edad: pérdida de elasticidad de la piel con el envejecimiento. • Estilo de vida: dieta rica en azúcares y grasas, sedentarismo, consumo de alcohol o tabaco. • Embarazo: fluctuaciones hormonales y aumento de peso. • Inflamación: Una inflamación crónica puede contribuir al endurecimiento de los septos.

Tratamientos

Masaje manual o asistido (LPG Endermologie): favorece el drenaje linfático y mejora la circulación. • Ondas acústicas: estimulan la microcirculación y la síntesis de colágeno. • Radiofrecuencia (RF): estimula la producción de colágeno para reafirmar la piel. • Láseres y luces: penetran en la dermis para remodelar el colágeno y mejorar la microcirculación. • Subcisión: seccionar los septos para liberar la piel y alisar su superficie. • Colagenasa: inyecciones de enzimas para degradar los septos.

Prevención

Los tratamientos naturales de la celulitis incluyen principalmente cremas tópicas y suplementos a base de plantas, que buscan mejorar la apariencia de la piel y apoyar las funciones circulatorias. Las cremas que contienen cafeína y retinol son especialmente populares por sus efectos sobre la lipólisis, la microcirculación y el engrosamiento de la dermis. Además, suplementos a base de plantas, como los elaborados con vid roja, Ginkgo biloba o Centella asiática, pueden mejorar la circulación sanguínea y reducir la inflamación local, mecanismos que a menudo están relacionados con la apariencia de la celulitis. Aunque los datos clínicos disponibles sean limitados, estas soluciones naturales ofrecen un complemento interesante dentro de un enfoque global de gestión de la celulitis, especialmente en combinación con cambios en el estilo de vida.

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