Bronquitis: complementos alimenticios más eficaces

La bronquitis es una inflamación de los bronquios que puede ser aguda o crónica. La bronquitis aguda suele ser causada por infecciones virales o bacterianas, provocando una inflamación temporal de las vías respiratorias. La bronquitis crónica es una afección persistente, generalmente debida a una exposición prolongada a irritantes como el humo del tabaco. Constituye uno de los principales factores de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad pulmonar grave a menudo irreversible, que afecta la respiración. La bronquitis aguda es muy frecuente, y afecta a millones de personas cada año, sobre todo durante los meses de invierno. Mientras que la bronquitis crónica es más frecuente en fumadores.

Fisiopatología

La bronquitis aguda suele aparecer a raíz de una infección viral, en particular por virus como el rinovirus o el virus de la gripe. Estos agentes patógenos destruyen las células ciliadas que recubren el epitelio bronquial, lo que provoca una hipersecreción de moco. Esta producción excesiva de moco obstruye los bronquios, dificultando la respiración y causando síntomas como la tos. En algunos casos, una sobreinfección bacteriana puede agravar la bronquitis aguda, especialmente en ciertos contextos (paciente de edad avanzada, fumador, EPOC...). La bronquitis crónica se caracteriza por una hipersecreción regular de moco en los bronquios. Suele ser causada por una exposición a largo plazo a irritantes. Esta condición provoca una inflamación continua de las vías respiratorias, con una destrucción progresiva de los tejidos bronquiales, lo que reduce la capacidad pulmonar y aumenta los riesgos de complicaciones. Sin tratamiento, la bronquitis crónica puede evolucionar hacia una insuficiencia respiratoria severa, requiriendo una atención a largo plazo.

Síntomas

Los síntomas de la bronquitis difieren según si es aguda o crónica. En el caso de la bronquitis aguda, la tos persistente suele ir acompañada de secreciones de moco que pueden ser claras o coloreadas. Los pacientes pueden sentir fatiga, una fiebre moderada, dolor de garganta y dolores torácicos. Estos síntomas son generalmente transitorios y mejoran en unas semanas, aunque pueden persistir más tiempo en fumadores o en personas con antecedentes de enfermedades pulmonares. En la bronquitis crónica, la tos productiva es un síntoma clave, asociada a la producción excesiva de moco. Esta tos suele ser más pronunciada por la mañana y puede ir acompañada de falta de aliento y de sibilancias. Los pacientes también refieren una molestia respiratoria que empeora progresivamente con el tiempo. Para que se diagnostique bronquitis crónica, estos síntomas deben persistir durante al menos tres meses por año durante un periodo de dos años consecutivos.

Tratamiento

El tratamiento de la bronquitis aguda se basa principalmente en medidas de apoyo destinadas a aliviar los síntomas. El reposo es esencial para permitir que el cuerpo se recupere, mientras que la hidratación ayuda a fluidificar el moco, facilitando su expulsión. El uso de humidificadores también puede aliviar las vías respiratorias irritadas. En algunos casos, se prescriben medicamentos antitusivos para reducir la tos, aunque estos tratamientos rara vez son necesarios. Si se sospecha una infección bacteriana, se pueden prescribir antibióticos. El tratamiento de la bronquitis crónica es más complejo e implica un enfoque multidisciplinario. La cesación del tabaquismo es el primer paso esencial para frenar la progresión de la enfermedad. Se suelen prescribir broncodilatadores para dilatar las vías respiratorias y mejorar la respiración. En algunos casos, se pueden utilizar corticosteroides para reducir la inflamación. También se recomienda la rehabilitación respiratoria para fortalecer los músculos respiratorios y mejorar la capacidad pulmonar. Finalmente, en las formas graves de la enfermedad, la oxigenoterapia puede ser necesaria para mantener un nivel suficiente de oxígeno en la sangre. Como complemento de los tratamientos clásicos, los oligoelementos pueden desempeñar un papel en la gestión de la bronquitis crónica. El selenio, en particular, es conocido por sus propiedades antioxidantes y puede ayudar a reducir la inflamación en los bronquios. A menudo se recomienda en dosis de 100 a 400 µg al día. Además, el oro también puede utilizarse por sus efectos antiinflamatorios, con dosis que van de 100 a 200 µg al día. Estos enfoques naturales, como complemento de un tratamiento farmacológico, pueden contribuir a reducir los síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.