Aftas: los complementos alimenticios más eficaces

Las aftas son úlceras inflamatorias dolorosas que aparecen en el interior de la boca, especialmente en las encías, el borde de la lengua o el interior de las mejillas. Estas lesiones de tamaño variable (generalmente de 5 a 10 mm de diámetro), redondas u ovaladas, se caracterizan por un fondo necrótico grisáceo o amarillento rodeado por un halo inflamatorio de color rojo intenso. Las aftas aparecen de forma recurrente y pueden dificultar la deglución y el habla.

Factores de Riesgo

El mecanismo de formación de las aftas es multifactorial y puede incluir: • Predisposición genética: Algunas personas, en particular las que tienen antecedentes familiares de aftas, presentan una predisposición genética. Los antígenos de histocompatibilidad también desempeñan un papel en esta susceptibilidad. • Deficiencias nutricionales: Las deficiencias de vitamina B12, de hierro o de ácido fólico pueden aumentar el riesgo de aparición de aftas. • Traumatismos mecánicos: Una mordedura accidental, una prótesis dental mal ajustada o un cepillado dental agresivo pueden favorecer la aparición de estas úlceras. • Alimentos irritantes: Algunos alimentos como los frutos secos, los quesos ácidos (gruyère, parmesano), o también los tomates y las frutas crudas sin pelar pueden desencadenar o empeorar las aftas. • Factores emocionales: El estrés, la ansiedad y las emociones intensas suelen asociarse con un aumento de los brotes de aftas.

Diagnóstico

El diagnóstico de las aftas se basa principalmente en el examen clínico. Su aparición y evolución, así como los antecedentes médicos del paciente, suelen permitir establecer un diagnóstico. No se necesita ninguna prueba de laboratorio específica para confirmar la presencia de aftas.

Tratamiento

El tratamiento de las aftas tiene como objetivo aliviar el dolor, acelerar la curación y prevenir las recaídas. • Tratamiento local: El uso de soluciones a base de plata, en forma de enjuagues bucales, posee propiedades antiinfecciosas, antiinflamatorias y cicatrizantes. Estos enjuagues bucales pueden realizarse 2 o 3 veces al día durante 5 a 7 días. • Analgésicos locales: Geles a base de lidocaína o enjuagues bucales que contengan sucralfato pueden utilizarse para disminuir el dolor y favorecer la cicatrización. • Evitar los desencadenantes: Se aconseja reducir el consumo de alimentos conocidos por desencadenar las aftas y evitar los traumatismos mecánicos en la cavidad oral (ajustar las prótesis dentales, evitar los alimentos demasiado ácidos o duros).

Prevención

La prevención de las aftas se basa en la gestión de los desencadenantes identificados. Adoptar una buena higiene bucal, evitar los alimentos irritantes y reducir el estrés puede limitar las recaídas. Si las aftas son frecuentes y afectan la calidad de vida, se puede considerar un tratamiento preventivo con la ayuda de un profesional de la salud.