Serina: beneficios, posología, contraindicaciones

La serina es un aminoácido no esencial, presente de forma natural en el organismo y abundante en diversos alimentos ricos en proteínas, como la carne, los huevos, los productos lácteos, la soja y los cacahuetes. Sintetizada en el cuerpo a partir de la glicina y del 3-fosfoglicerato, un intermediario metabólico, desempeña un papel clave en varios procesos biológicos. Históricamente, su importancia se reconoció por su implicación en el metabolismo de las proteínas y los lípidos. Más recientemente, se ha subrayado su papel como precursor de moléculas esenciales como la fosfatidilserina y la esfingomielina, componentes de las membranas celulares. La serina existe en dos formas activas: la L-serina y la D-serina, que difieren por su orientación molecular y sus roles en el organismo. La L-serina es la forma mayoritaria en la alimentación y en el metabolismo humano, donde contribuye a numerosas funciones biológicas esenciales. La D-serina se produce en pequeñas cantidades a partir de la L-serina por acción de una enzima y desempeña un papel clave en el sistema nervioso central. Estas dos formas, aunque similares, poseen propiedades distintas. La L-serina es indispensable para la síntesis de nucleótidos y ácidos nucleicos, implicados en la división celular y en la reparación del ADN. Además, participa en la producción de neurotransmisores esenciales, como la serotonina, a menudo llamada "la hormona de la felicidad". Esta última desempeña un papel importante en la regulación del estado de ánimo, el estrés y el sueño, situando a la L-serina como un agente potencial en la mejora de los ritmos circadianos y de la calidad del sueño. Por último, la D-serina, su forma derivada, es particularmente activa en el sistema nervioso central. Actúa en colaboración con el glutamato para estimular ciertos receptores cerebrales, llamados receptores NMDA, necesarios para el fortalecimiento de las conexiones neuronales y la memoria. Estas propiedades la convierten en una vía prometedora para la prevención y el tratamiento de trastornos neurológicos como la esquizofrenia, los trastornos cognitivos y las enfermedades neurodegenerativas.