Morera blanca: beneficios, posología, contraindicaciones

El morera blanca, originaria de China, es un árbol de hoja caduca perteneciente a la familia de las Moráceas. Conocido por sus hojas que alimentan a los gusanos de seda, este árbol también tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional china, japonesa y coreana. En Francia, los primeros indicios del cultivo de la morera se remontan a la época romana, como lo atestiguan los hallazgos de semillas de morera en diversos yacimientos, principalmente en el sur de Francia y las regiones mediterráneas. Sus frutos, sus hojas e incluso su corteza son ricos en componentes activos, como las antocianinas, los flavonoides y otros polifenoles, que le confieren propiedades medicinales interesantes. No obstante, son las hojas las que se utilizan en terapéutica. En las sociedades antiguas, sus hojas se empleaban por sus propiedades antioxidantes y antihipertensivas, un uso documentado en varios textos antiguos y corroborado por análisis contemporáneos. A nivel científico, los estudios ponen de manifiesto las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antidiabéticas de la morera blanca. Estos efectos se atribuyen a compuestos clave como la 1-désoxynojirimycine y sus derivados presentes en las hojas. Gracias a estas propiedades, la morera blanca es un aliado potencial en el manejo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.