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¿Se puede dar vitamina D a un bebé?

Redactora de nutrición

Indispensable para los bebés, la vitamina D favorece el crecimiento y asegura la consolidación de los huesos. A veces es necesaria una suplementación en el bebé.

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vitamina D para bebés
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Une équipe éditoriale spécialisée en nutrition. Auteurs du livre Les aliments bénéfiques (Mango Editions) et du podcast Révolutions Alimentaires.

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D no es una vitamina propiamente dicha sino una prohormona. Cuando se absorbe, una parte se transforma en hormona calcitriol bajo la acción del hígado y de los riñones.

El calcitriol es por tanto una de las formas activas de la vitamina D. En el organismo, se une a receptores específicos (los VDR), presentes en casi todas las células.

El calcitriol desempeña un papel importante en el crecimiento óseo. De hecho, mejora la absorción del calcio y del fósforo a nivel intestinal.

Estos minerales aseguran la solidez de los huesos y de los dientes y favorecen la mineralización del esqueleto. Por tanto, la vitamina D es esencial en los bebés y en los niños.

Se produce ya sea por el organismo, bajo la acción de los rayos UVB, o se aporta a través de la alimentación. Desafortunadamente, al ser la piel de los bebés frágil, la exposición al sol está limitada antes de los 2 años.

Además, la leche materna y las leches infantiles no son suficientes para cubrir sus necesidades.

Leer también | ¿Cómo elegir la mejor vitamina D?

Una suplementación de vitamina D suele ser necesaria en los lactantes y bebés.

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La exposición al sol es limitada, y por tanto la producción de vitamina D

El papel de la vitamina D en el niño

Favorece el crecimiento óseo

Su papel principal es apoyar el crecimiento y la formación ósea. Así, garantiza un desarrollo normal del esqueleto.

Su presencia es particularmente importante durante el crecimiento postnatal que es muy rápido.

A través de su forma activa, la vitamina D estimula el metabolismo fosfocálcico. Mantiene un buen nivel de calcio en la sangre y favorece su absorción por los intestinos.

También aumenta la asimilación del fósforo, esencial para la formación de los huesos y los dientes.

Este estudio muestra su papel en la absorción intestinal del calcio y en la salud del esqueleto.

Asegura la solidez y la mineralización de los huesos y los dientes

Además de apoyar el crecimiento del niño, interviene en la solidez y la mineralización de los huesos y de los dientes.

Así, ayuda al calcio y al fósforo a fijarse en los huesos y en los cartílagos. Hace lo mismo en los tejidos duros de los dientes. Es indispensable para la formación, la consolidación y la densidad mineral de la dentición.

Este estudio muestra cómo la vitamina D influye en los dientes de leche y en el desarrollo de las caries desde la más temprana edad.

Previene las enfermedades del crecimiento y de la osificación

Una deficiencia de vitamina D puede ser la causa de raquitismo en los lactantes y en los niños pequeños. Esta enfermedad provoca, en particular, un retraso en el crecimiento y deformaciones óseas.

El bebé también puede presentar un retraso en la adquisición de la marcha o en el desarrollo de la dentición.

Una suplementación con vitamina D puede permitir limitar los riesgos de enfermedades del crecimiento y de la osificación.

Este estudio también muestra el papel de la vitamina D y la importancia de prevenir la deficiencia y el raquitismo durante el embarazo y la lactancia.

Refuerza el sistema inmunitario

Por último, la vitamina D tiene efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario. El sistema inmunitario sigue siendo muy frágil en el bebé.

Así, estimula la capacidad de defensa de los glóbulos blancos frente a las agresiones y a los agentes patógenos (bacterias, virus…).

También garantiza una respuesta inmunitaria adecuada, sana y equilibrada.

complemento alimenticio infantil
Los efectos beneficiosos de la vitamina D sobre el sistema inmunitario son cada vez más estudiados

¿En qué casos suplementar a los bebés?

Los lactantes y los niños pequeños tienen necesidades vitamínicas más altas que los adultos. Así, son de 800 a 1 000 UI/día para los recién nacidos y los bebés hasta los 12 meses.

Sin embargo, la leche materna contiene poca vitamina D. Las leches infantiles, por su parte, son generalmente insuficientes para cubrir las aportaciones necesarias. Incluso cuando están enriquecidas.

Para evitar las carencias y prevenir el raquitismo, se puede suplementar con vitamina D a los niños de 0 a 18 meses, tanto si reciben lactancia materna como artificial.

Posología y precauciones de uso

La vitamina D se administra por vía oral, en forma de gotas.

El Zyma D, el Stérogyl y el Adrigyl son las preparaciones que más frecuentemente prescriben los pediatras.

La ANSES (Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo) recomienda la toma de medicamentos en lugar de complementos alimenticios enriquecidos con vitamina D.

La frecuencia y la posología dependen de cada niño. Solo un médico o un pediatra podrá aconsejarle sobre la dosis que debe administrarse a su bebé.

Tenga también cuidado con la sobredosis que puede alterar la función renal y provocar una hipercalcemia (exceso de calcio en la sangre) en el niño.