Es un motivo de preocupación para muchos propietarios, y con razón. Si su gato no come, le aconsejo ante todo que distinga los dos síntomas siguientes.
Una anorexia, cuando un animal deja completamente de alimentarse, y una hiporexia, cuando el apetito está disminuido. A veces, también se observan otros síntomas.
Hacer esta distinción es necesario porque el grado de urgencia no es el mismo. En caso de anorexia, las consecuencias para la salud de su gato pueden ser rápidamente más graves.
Las causas de una pérdida de apetito son numerosas, que van desde un origen conductual hasta la presencia de una enfermedad.
Una consulta veterinaria es necesaria y permite determinar la causa de una anorexia o de una hiporexia en su gato. Esta etapa es importante porque el tratamiento y la atención dependen del diagnóstico.
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¿Por qué mi gato ya no come?
La señal de un problema en este depredador
« ¡Mi gato ya no come! » : en consulta veterinaria, estamos frecuentemente alertados por propietarios que constatan una falta de apetito inusual en su felino.
Su gato es un depredador. Para no parecer vulnerable, muestra pocos signos de dolor y malestar. Aun así, puede alertarle ciertos comportamientos, como la pérdida de apetito.
Causas de comportamiento
Los gatos son animales muy sensibles al estrés. Cualquier fuente de ansiedad en su entorno puede afectar su comportamiento. Puede entonces observar una pérdida de apetito en su pequeño compañero.
Observe atentamente a su gato para saber si se trata de un origen conductual. El más mínimo cambio en su entorno puede alterarle. Por ejemplo, ¿se ha mudado recientemente? ¿Ha llegado a su hogar un nuevo animal (¡o un nuevo humano!)?
Su gato aprecia su rutina alimentaria. Una modificación de sus hábitos puede entonces provocar una pérdida de apetito. ¿Ha cambiado recientemente el lugar de su comedero? ¿O la marca de su pienso?
Una enfermedad
Si tenemos menos apetito cuando estamos enfermos, ¡lo mismo ocurre con nuestros gatos!
Varias enfermedades pueden conducir a una anorexia o hiporexia. Puede tratarse de artrosis, de una enfermedad infecciosa o incluso de una intoxicación, por ingestión de una planta tóxica, por ejemplo.
En caso de enfermedad, otros parámetros se tienen en cuenta en el diagnóstico veterinario, como la edad de su gato, su sexo o su estado de vacunación.
Por ejemplo, si su gata no está esterilizada, puede padecer una enfermedad llamada piometra. Se trata de una infección del útero en la que la pérdida de apetito suele estar presente. Para saber más sobre esta enfermedad, le invito a consultar este estudio.
Un dolor bucal
Es una situación que encontramos con frecuencia en la clínica veterinaria: una pérdida de apetito relacionada con la presencia de sarro. Al ser este doloroso, su gato come menos por el dolor en la boca o en sus dientes.
En ese caso, una limpieza dental realizada por su veterinario es suficiente para solucionar el problema.
Además, si su gato tiene un diente fracturado, el dolor ocasionado también puede ser responsable de la pérdida de apetito.
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Si no come ni bebe
Una adipsia
Es difícil saber qué cantidad de agua bebe su gato a diario. Esto lo es aún más si su alimentación es húmeda.
De hecho, las croquetas son secas y por tanto contienen menos agua. Un gato alimentado con croquetas, por tanto, bebe más agua. Pero si su gato come patés, estos cubren mejor sus necesidades hídricas. Por ello bebe menos del cuenco de agua.
En general, le resultará difícil ver que su gato bebe menos. Se habla de adipsia cuando un animal deja de beber por completo.
El riesgo de deshidratación
Pero si observa una adipsia en su gato, le recomiendo consultar con urgencia a su veterinario. Debido al riesgo de deshidratación y sus consecuencias, es necesaria una atención rápida y una rehidratación.
Sin embargo, también puede que su gato beba más agua de lo habitual. Se trata entonces de una polidipsia. Cuando un gato come menos y bebe más, pueden estar implicadas diversas enfermedades, como una insuficiencia renal.

Si no come y duerme mucho
Cuando un gato duerme más de lo habitual, a veces se puede considerar este comportamiento como un síntoma. Podría tratarse de una apatía o decaimiento. Si observa que su gato come menos y duerme más, debe comunicárselo a su veterinario. Cualquier signo clínico forma parte del diagnóstico.
Además, otros síntomas pueden acompañar una pérdida de apetito, como vómitos o incluso fiebre.
Si no come y no defeca
¿Su gato ya no hace deposiciones? Si va con más frecuencia a la caja de arena sin hacer deposiciones, se habla de oclusión intestinal. El tránsito intestinal está detenido debido a la presencia de un obstáculo. Podría tratarse, entre otros, de:
- por un cuerpo extraño: como un hilo ingerido por su gato
- por una acumulación de heces (estreñimiento)
- por la presencia de bolas de pelo
Llamo su atención sobre el hecho de que un gato que no consigue defecar puede ser confundido con un gato que no consigue orinar.
Si su gato no orina, probablemente se trate de una obstrucción urinaria. También se puede observar una pérdida de apetito en este caso.
La oclusión intestinal y la obstrucción urinaria representan una urgencia en el gato. Por lo tanto, debe acudir rápidamente a su veterinario.
Las consecuencias de la pérdida de apetito del gato
Debido al metabolismo de los gatos, una anorexia puede tener graves consecuencias rápidamente. No ocurre así en los perros, que son más tolerantes.
Cuando una pérdida de apetito persiste durante varios días en un gato, puede aparecer una lipidosis hepática.
La lipidosis hepática es una enfermedad del hígado. En caso de disminución de la ingesta de alimentos, el hígado comienza a acumular lípidos. El pronóstico vital puede verse comprometido y la hospitalización veterinaria es primordial.
Anorexia o hiporexia: ¡es necesaria una consulta veterinaria! Pero le recomiendo encarecidamente que contacte con su veterinario de urgencia si su gato no come en absoluto desde hace más de 24 horas. Deben iniciarse la hospitalización y la alimentación asistida.
Fuentes y estudios científicos
Gwenaël Outters, « La anorexia en el gato constituye una urgencia », La Semaine Vétérinaire, n.º 1434, 21/01/2011, p. 34 y 35
Samantha Taylor et al., « Directrices de consenso ISFM 2022 sobre el manejo del gato hospitalizado inapetente », Journal of Feline Medicine and Surgery, 1er julio de 2022

