Prostatitis: los complementos alimenticios más eficaces

La prostatitis es una inflamación de la próstata que puede ser aguda o crónica. Suele asociarse a infecciones del tracto urinario y se manifiesta por dolores perineales, micciones dolorosas y, a veces, problemas sexuales. Esta afección afecta principalmente a los hombres adultos.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas de la prostatitis incluyen dolores en la parte baja del abdomen, en el periné, o que irradian hacia los muslos, así como trastornos urinarios como la polaquiuria (micciones frecuentes) o una sensación de peso en la región pélvica. El dolor al eyacular o durante la primera micción matutina también es frecuente. En caso de prostatitis crónica, los síntomas pueden ser engañosos y extenderse durante largo tiempo. El diagnóstico se basa en un examen clínico, un análisis de orina y, a veces, una prueba microbiológica para detectar una posible infección bacteriana. Sin embargo, en el 80 % de los casos de prostatitis no se identifica un origen bacteriano.

Tratamientos

Los tratamientos farmacológicos para el síndrome de dolor pélvico crónico/prostatitis crónica incluyen una variedad de fármacos destinados a aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Entre las opciones más estudiadas, los alfa-bloqueantes, como el doxazosino, resultan eficaces para atenuar los síntomas al relajar la musculatura lisa de la próstata y de la vejiga. Una combinación de doxazosino, ibuprofeno (un antiinflamatorio) y thiocolchicoside también ha mostrado una mejora notable en las puntuaciones de dolor y en la calidad de vida en comparación con el placebo. Sin embargo, otras clases de medicamentos, como los antibióticos o los inhibidores de la 5-alfa reductasa, ofrecen resultados mixtos y parecen menos eficaces en pacientes sin evidencia de infección bacteriana subyacente. Para las prostatitis no bacterianas o crónicas, los enfoques complementarios y naturales suelen ser efectivos. La aplicación local de mezclas a base de aceites esenciales, formuladas a partir de aceites como el lentisco y el eucalipto con criptone, reduce la inflamación y las infecciones, además de proporcionar un alivio rápido. Los extractos de plantas, como la Serenoa repens (palmera enana), la raíz de ortiga o el pygeum africanum, actúan reduciendo el volumen prostático y los síntomas urinarios. Estas plantas inhiben las enzimas responsables de la hipertrofia prostática y regulan los desequilibrios hormonales. Otras soluciones incluyen el sulforafano del brócoli, conocido por su efecto desintoxicante y antiinflamatorio. Las medicinas tradicionales, como la Medicina Tradicional China (MTC), ofrecen enfoques complementarios para tratar los síntomas de la prostatitis crónica y del síndrome de dolor pélvico crónico. Según una revisión sistemática Cochrane, los tratamientos a base de plantas podrían reducir los síntomas de prostatitis en promedio 3,13 puntos en la escala NIH-CPSI (escala de síntomas de prostatitis del National Institutes of Health) en comparación con los cuidados habituales o el placebo. Entre las hierbas utilizadas, a menudo se encuentran ingredientes activos que favorecen la reducción de la inflamación, mejoran la microcirculación pélvica y reequilibran la energía interna, conceptos fundamentales en la MTC. Ejemplos incluyen la semilla de llantén, reconocida por sus propiedades diuréticas y antiinflamatorias, el hueso de melocotón, utilizado para activar la circulación sanguínea estancada, o la angélica de China, empleada para nutrir la sangre, regular la energía interna y aliviar los dolores.